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SI NO COMPRA, NO MALLUGUE

Amores míos, sé que hay muchos temas que podemos meter a la chacota, pero la realidad es que el asunto de la pandemia es lo que preocupa más, por los miles de muertos, por los cientos de miles de enfermos, por las actividades paradas, por los chamaquitos sin clases en la escuela, etc., y preocupa porque nomás no termina de tomar la rienda del control el gobierno y se aferran a que el “rockstar” de las defunciones, López-Gatell, siga dando cifras y cifras que nomás no dejan en claro que ya vamos de “salida”.

Resulta que, como parte de las comparecencias del segundo año de gobierno de López Obrador, el doctor “dead” se apersonó en el Senado y no le fue nada bien. Se plantó en tribuna y repitió lo mismo que dice cada día a las 7 de la tarde. “Vamos bien”, “es control científico”, “se aplanó la curva”, “las enfermedades previas causan los muertos”, y bla, bla, bla. La cosa cambió, porque a diferencia de lo que hace diario, donde prácticamente regaña y calla a los reporteros, en el Senado las senadoras del PAN principalmente, se le fueron a la yugular, y le cantaron sus verdades. La principal oradora fue la conversa reportera Lili Tellez, mi comadre que siempre me cayó bien por sus reportajes en SDP, dónde en varias ocasiones le causo agruras a más de un político con sus investigaciones críticas. Pues Lili (que era del bando moreno y se pasó al celeste por el tema del aborto) le dijo al “doctor maravilla” hasta lo que se desayunó en la mañana. Sacó todas las cifras y declaraciones que pudo, y las confrontó con la realidad que esos mismos números arrojan día con día. López-Gatell, lejos de ser mesurado (como ya se creyó el papel del galán de la telenovela), empezó a gesticular con los ojos y cejas ante las acusaciones de la senadora, y debajo del cubreboca (que ahora si usó, para seguir atizando el debate sobre esta medida) no dudo que hasta la lengua le sacó y soltó una carcajada. Somos el país con más muertos, con menos pruebas, con un mayor índice de mortalidad, y el que no actuó para contener la pandemia, y sólo para medio mitigar el caos. Lili se volvió la heroína de todos los que no están de acuerdo con el manejo de la pandemia y tanto le caló al “doctor catástrofe” que la fue a acusar con el presidente, y don viejito que no le gusta levantar polvo, pues se puso a pedirles que se disculparan con su muchacho por haberlo tratado tan mal. ¿Y los muertos? ¿Y los enfermos? ¿Y los semáforos? Esos que se esperen, lo que importa es cuidar al niño para que pueda seguir dando sus números escalofriantes día con día. Tanta es su indignación, que suspendieron las comparecencias de los secretarios y funcionarios ante el Congreso, hasta que no firmen los de la oposición que se van a portar bien y no van decir groserías. “Si no compran, no malluguen” al “doitor”. Sí, pidieron civilidad los mismos que corrieron al presidente del Congreso en 2006 a gritos y sombrerazos, y que nunca dejaron que volviera. En fin, la hipófisis, dicen por ahí.

Mientras todo esto pasa, otro caso que duele es lo de los medicamentos de los niños con cáncer. Nomás no terminan de poner orden y la neta ya me tiene hasta la coronilla que el señor del palacio sólo diga que es culpa de los “conservadores” y de los medios, pero la realidad es que ya es una crisis humanitaria y más ahora que según se robaron miles de dosis y la neta nadie les cree nada. Vamos requeté bien… no sé a dónde, pero vamos derechito.

 

Licenciada en Ciencias Ocultas

Doctora Honoris causa del Instituto Tecnocrático “Mártires del Neoliberalismo”.

remedios.morales.lap@outlook.com