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Becoming

Ayer escribía que estas fechas son un buen momento para detenerse y tomarse un descanso de la política cotidiana y poder aproximarse a los personajes, fenómenos e ideas que están marcando nuestro siglo y que definen las fuerzas que están detrás de nuestra vida pública.

Michelle Obama es una figura que desconocía a profundidad hasta leer su libro, Becoming. Sabía, desde luego, su importancia en la vida de su esposo, Barack Obama, y de sus hijas, Malia y Sasha, y algunas de las políticas que impulsó como Primera Dama, como la campaña contra la obesidad infantil y el jardín que cultivó en la Casa Blanca para reemplazar los jueves de comida tex-mex. Desde una temprana edad, Michelle entendió que gobernar no solo era diseñar políticas públicas e implementarlas, sino también liderar desde y con el ejemplo.

Leyendo su libro —que acaba de salir en noviembre— pude conocer más a fondo a la esposa del político y comunicador más exitoso del siglo veintiuno. Pude entender su formación, sus miedos, la dificultad de una mujer en ciertos sentidos ordinaria y en otros extraordinaria. Me ayudó a comprender porqué un personaje del tamaño de Obama buscó a una mujer del talante y carácter de Michelle.

Recorriendo su voluminoso libro caí en cuenta que la parte más relevante de su vida no fueron los ocho años acompañado al individuo más poderoso del mundo. Lo más significativo fueron sus primeros años en el south side de Chicago, la relación con sus padres y sus hermanos y lo que significó crecer como una mujer afroamericana en una de las ciudades —y barrios— más segregados de Estados Unidos.

▶ Pero ese contexto y pasado no la detuvieron. Michelle Robinson —su nombre de nacimiento— estudió derecho en Princeton y posteriormente fue abogada en uno de los despachos con más prestigio de Chicago. Ahí, precisamente, conoció a Obama, que hacia una pasantía de verano y fue asignado para trabajar con Michelle.

La segunda parte del libro la denominó Becoming Us (Volviéndonos nosotros) y es un relato de cómo fue seducida por Obama. Cómo comenzaron los intentos de seducción, las bromas, las pláticas profundas sobre su pasado y el futuro. En esa parte encontramos a la mujer que se volvió quien es. La esposa que se resignó a solo definirse por eso; la madre que se paraba a las cuatro de la mañana para poder hacer ejercicio, llevar a sus hijas a la escuela y cumplir con sus obligaciones laborales.

El libro es un indispensable recordatorio de la fuerza que tienen las mujeres en la política. Que su sensibilidad, inteligencia y arrojo son tan relevantes como el de los hombres. Y que su entendimiento del mundo es cada vez más necesario en uno cada vez más violento, rencoroso y desalmado.