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¿Somos la especie de la posverdad?

Los humanos siempre hemos vivido en la era de la posverdad. Homo Sapiens es una especie de la posverdad, cuyo poder depende de crear ficciones y creer en ellas. El Homo Sapiens conquistó este planeta gracias a la capacidad humana de crear y difundir ficciones. Somos los únicos mamíferos que podemos cooperar con numerosos extraños, porque solo nosotros podemos inventar relatos de ficción, difundirlos y convencer a millones de personas para que crean en ellos. Mientras todos creamos en las mismas ficciones, todos obedecemos las mismas leyes y, por tanto, podemos cooperar de manera eficaz.

Sobre este tema, explica Harari: “De modo que si queremos culpar a Facebook, Trump o Putin, por propiciar una era nueva y espantosa, recordemos que hace muchos siglos millones de cristianos se encerraron en una burbuja mitológica, sin atreverse a cuestionar la veracidad de los hechos narrados en la Biblia, millones de musulmanes lo hicieron depositando su fe inquebrantable en el Corán”. Añade a este propósito: “Carecemos de toda prueba empírica de que Eva fuera tentada por la serpiente, de que las almas de los infieles ardan en el infierno después de morir, o de que al creador del universo no le guste que un brahmán se case con una intocable; pero millones de personas han creído en estos relatos durante miles de años. Algunas noticias falsas duran para siempre”. Por último: “Cuando mil personas creen durante algún mes algún cuento inventado, esto es una noticia falsa, cuando mil millones de personas lo creen durante mil años, es una religión y se nos advierte que no lo llamemos noticia falsa para no herir los sentimientos de los fieles y provocar su ira”.

Existen grandes obras de ficción que todos conocemos como “Don Quijote”, “Los hermanos Karamazov” o “Madame Bovary”. Pero la eficacia de la humanidad depende de las herramientas que el ser humano ha empleado a lo largo de la historia. Cuenta el escritor israelí que Adán y Eva nunca existieron, pero la catedral de Chartres sigue siendo hermosa. Gran parte de la Biblia puede ser ficción, pero continúa haciendo feliz a miles de millones de personas y motiva a los humanos para ser compasivos, valientes y creativos.

Las marcas comerciales también se basan en la ficción y las noticias falsas. Las creación de marcas y de su valor suele implicar contar una y otra vez el mismo relato ficticio, hasta que la gente se convence de que es verdad. Se pregunta Harari: “¿Qué imágenes te vienen a la mente cuando piensas en Coca Cola? ¿Las de jóvenes sanos que se dedican al deporte y que se lo pasan bien juntos? O la de pacientes con diabetes y sobrepeso tumbados en la cama de un hospital. Beber mucha Coca Cola no nos hará jóvenes, no nos hará sanos y no nos hará atléticos; más bien, aumenta la posibilidad de padecer obesidad y diabetes. Pero durante décadas, Coca Cola ha invertido miles de millones de dólares para que se le asociara a la Juventud, a la salud y a los deportes. Y miles de millones de humanos creen de manera inconsciente en dicha relación”.

Es responsabilidad de todos dedicar tiempo y esfuerzo a descubrir nuestros prejuicios y a verificar nuestras fuentes de información. La comunidad científica ha sido nuestra fuente más fiable de conocimiento durante siglos. Los científicos deben implicarse mucho más en los debates públicos actuales. No es mala idea que los científicos empiecen a escribir ciencia ficción como un género importante.

 

Posverdad en Territorio Mexica

https://youtu.be/ah0nMp12aSc

 

*Yuval Noah Harari. 21 Lecciones para el Siglo XXI. Debate, 2018.