El coronavirus ya comenzó a paralizar la vida social y económica a nivel mundial, esto se refleja en la caída del precio del petróleo, junto a ello, la baja de casi tres pesos de la gasolina (el cual es más crédito del coronavirus que de AMLO), también los altibajos de la bolsa de valores mexicana que alcanzó mínimos históricos desde la caída de la bolsa por el virus del H1N1 que afectó de manera más directa nuestro país en el ya lejano 2009.
En aquel año, la pandemia comenzó exactamente en nuestro estado, en San Luis Potosí, viéndose afectado el negocio número uno en el país, el futbol, pero las medidas desde la federación en ese entonces dirigida por Decio de María, no fue parar la liga, si no, jugar a puerta cerrada.
En el clausura 2009, fue la primera ocasión en México que hubo jornadas enteras a puertas cerradas, a causa de una enfermedad mundial. La jornada 15, 16 y parte de la 17, fueron las sacrificadas para intentar erradicar el H1N1, medida la cual fue acatada más por obligación que por mera solidaridad desde la federación mexicana, pues había salido en cadena nacional el entonces presidente Felipe Calderón a decir que todos los eventos quedaban cancelados sin excepción, ante esto solo quedó acatar y decidir que se jugaba, pero a puerta cerrada.
Pero mis queridos lectores, como les dije arriba, la jornada 17 fue con medidas a medias, porque se jugó a puerta abierta, pero con la obligación que los equipos vendieran como máximo la mitad de la taquilla, para que el aficionado estuviera la posibilidad de estar un asiento alejado del “vecino”, como si no existiera el viento para transportar dicha enfermedad, pero bendita liga mexicana y benditos intereses que si no nos matan, no hacen más fuertes.
En aquel 2009, también se jugaba la Copa Libertadores y en ella aun participaban los equipos mexicanos, y ahí fue cuando sucedió una de las escenas más curiosas del deporte mundial. Se jugaba en chile, Everto contra Chivas, para el pase a la ronda de octavos de final, un viejo conocido de la afición al Atlético de San Luis, Sebastián “Motoneta” Penco, encaró al capitán de Chivas, Héctor Reynoso, este último le lanzó un moco y le tosió en la cara al Argentino mientras le decía: “te voy a pegar el H1N1”.
Sebastián Penco, se pudo como loco, imaginen, que te peguen un virus que en ese entonces parecía mortal, no era poca cosa. Se detuvo el partido unos minutos para que el jugador se pudiera “desinfectar” la cara lavándola con agua, y pidió el cambio de playera para poder seguir jugando, aunque eso no evitó que el miedo fuera tal, que terminando del partido, fue a un hospital para realizarse pruebas del virus, las cuales resultaron negativas.
Esto derivó a que la federación mexicana decidiera retirar de la Libertadores a las Chivas y a San Luis, a pesar de que habían ingresado a octavos, para que no se produjera una psicosis mayor por el brote de aquel virus, dejando al futbol mexicano totalmente en cuarentena.
La situación se ha puesto más difícil que hace 11 años, jugadores, directivos, equipos completos principalmente europeos se han declarado en cuarentena. En México hasta el momento, solo tiene un caso, del presidente del Atlético de San Luis, Alberto Marrero, lo cual ha puesto bajo observación a todo el Atlético de San Luis y Puebla, ambos equipos se enfrentaron el sábado pasado.
Ahora no es momento de pensar en temas de cancha, hoy solo toca estar en casa, para superar este virus y reanudar nuestra rutina diaria, la cual incluye el deporte que todos gozamos, el futbol.
Licenciado en Ciencias de la Comunicación
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