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Una nueva mirada II

Ámsterdam realza su economía y rompe con su actual modelo de consumo: “la economía Donut” término acuñado por la economista Kate Raworth, en el que se reducirá el 50 por ciento el consumo de nuevos materiales en la próxima década, fomentando los productos que duren más tiempo y que permitan reparaciones.

Los hoteles y restaurantes donarán la comida restante para que no se desperdicie. Existirá un pasaporte de materiales en el que los materiales que sean reutilizables en demoliciones y promover el uso de materiales más sostenibles en las construcciones.

En este modelo económico se incluye una manera innovadora de calcular la riqueza de las sociedades, en las que se tiene en cuenta la interconexión del mundo globalizado y los límites físicos del planeta. No vas poder pedir más de lo que existe en nuestro planeta. Incluye la idea de biométrica en la que colaboran científicos como Janine Benyus que estudian sistemas de la naturaleza para crear tecnologías y estructuras sostenibles. Economía totalmente circular para el 2050.

En la rosquilla que propone Raworth, la humanidad debe vivir dentro de un donut, en el agujero interior se encuentran las necesidades básicas para el bienestar, comida, agua potable, vivienda, energía, sanidad, igualdad de género, sueldo de subsistencia y de liberta de política. La zona de fuera representa el techo ecológico y los puntos de inflexión que los científicos han identificado como una amenaza para la vida en el planeta desde la capa de ozono a la acidificación de los océanos. En medio, en lo que sería el donut, en sí, se encuentra el bienestar. Se deben analizar las necesidades de los ciudadanos para prosperar y alcanzar cierto desarrollo, pero considerando su impacto ecológico global.

Otras de las propuestas de países europeos han de ser radicalmente sostenibles y más justos proponiendo: 

1.- Pasar de una economía enfocada en el crecimiento del PIB a una que sea capaz de diferencias entre sectores que pueden y deben crecer de manera sustentable y que requieren inversión privilegiada: salud, educación, sectores públicos críticos y energías limpias. Así como hacer decrecer sectores como: petróleo, gas, minería, publicidad, etcétera.

2.- Construir una estructura económica basada en la redistribución. Crear una renta básica universal, un sistema universal de servicios públicos, un fuerte impuesto a los ingresos, al lucro y la riqueza, horarios de trabajo reducidos y trabajo compartido, y un sistema que reconozca los trabajos del cuidado de ciudadanos.

3.- Transformar la agricultura y convertirla en productiva y regeneradora. Basada en la conservación y la biodiversidad, que sea sustentable y priorice la producción local y vegetariana. Condiciones de empleo y salarios agrícolas justos.

4.- Reducción del consumo y especialmente de los viajes. Drástico cambio que prohíba los viajes lujosos y el consumo despilfarrador. Alentar solo en el consumo necesario y los viajes básicos, sustentables y satisfactorios.

5.- Condonación de deudas. Especialmente la de los trabajadores y la de los dueños de pequeños negocios y cooperativas, así como la de los países en vías de desarrollo.

En México, desde el inicio del mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador, se están poniendo en práctica acciones como éstas, que a pesar de la crítica por parte de los políticos, empresarios, etc., que siempre obtuvieron ganancias a costa de endeudar al país, despojar y saquear los recursos públicos. Estas propuestas saldrán adelante con la información directa y el apoyo de la ciudadanía.

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