El histrión fue sometido a una intervención quirúrgica en agosto del año pasado, con el propósito de extirparle la próstata y la vejiga, este último órgano por el cáncer que padecía desde 2015.

No fue una operación tan riesgosa porque fue una laparoscopía y no lo abrieron. Mi padre desde antes de ingresar al hospital estaba de buen humor, charlamos un poco, hasta bromas hizo con mis hermanos y conmigo, así como con su esposa Sara”, dijo su hijo, el también actor Hector Suárez Gomís en una entrevista que ofreció en septiembre del año pasado.

Gomís envió uno de los últimos mensajes a su padre a través de su cuenta de Facebook, antes de su deceso:

Admiro y amo profundamente a ese guerrero de 81 años al que desde hace casi 52 años llamo: ¡Papá! Gracias, papi por esta loca familia que tenemos, ¡Te amo!”, escribió el actor este domingo.

El actor, quien fue ganador del Premio Ariel por la icónica “Mecánica Nacional”, y creador de múltiples personajes, fue referente de la comedia en México, desde sus comienzos en teatro, desde donde logró dar un salto a la televisión, en donde logró colocarse en el gusto del público en diferentes shows de comedia.

Fue así como se convirtió en protagonista de larga historia de comicidad televisiva que pareciera interminable, premiado en incontables ocasiones en teatro y reconocido a nivel mundial por sus trabajos incluso en el séptimo arte.

“El no hay”, “El Picudo”, “Doña Zoila”, “El Flanagan”, “El Lic. Buitrón”, “El ’ta Difícil”, “El Destroyer”; entre otros personajes de crítica social, identificaron al histrión a lo largo de más de 50 años de trayectoria artística, en donde la pregunta final que se le hacía al público es “¿Qué nos pasa?”.

Fue en 1964 cuando el cine mexicano vio nacer a la estrella de la comedia con la película “El asalto”, a la que le siguieron “Despedida de soltera”, “La mujer de a seis litros”, “La marcha de Zacatecas”, “Picardía mexicana” o la icónica “Mecánica nacional”.

Aunque fue sin duda la televisión el medio que lo colocó en el gusto del público y lo convirtió en referente de la risa en México gracias a su estilo espontáneo, caracterizado por el humor negro que lo llevó a hacer denuncia social, y a escapar de las normas de censura de la época.

¿Qué nos pasa? y Verdá o fixión, fueron los programas que el actor uso como escaparates para la creación de sus personajes populares y caricaturescos que reflejaban el día a día de la realidad social mexicana.

Fue el filme “Mecánica Nacional” la cinta por la que se hizo merecedor del Premio Ariel; además de tres Diosas de Plata por las producciones “Trampas de amor”, “En la cuerda del hambre” y “El mil usos”.

Héctor Suárez supo adaptarse a las nuevas exigencias de la comedia, a la que él mismo calificaba como muy seria, ante el grado de creatividad que requería la creación de personajes.

En mayo de 2013, fue homenajeado en Roast Comedy Central, y se convirtió así en el primer personaje de Latinoamérica en ser Rostizado en el show.

Esta mañana, la Secretaría de Cultura Federal, expresó sus condolencias por el fallecimiento del comediante y a través de su cuenta de Twitter recordó al histrión a quien calificó como “constructor de una prolífica trayectoria en cine, televisión y teatro”.

Héctor Suárez será recordado como un crítico de la realidad social a través de un sinnúmero de personajes que lo mantendrán vigente en el imaginario de la comedia en México, como “Flanagan”, con su clásico estribillo ¡queremos rooock!, “Doña Zoyla”, la madre dominante y manipuladora; “El no hay”, un dependiente de tienda que nunca atendía bien; “El Burócrata”, el típico empleado público que pone más obstáculos que soluciones.

Además de meseros, choferes, vendedores o porteros, todo cabía en su repertorio, adiós, Héctor Suárez.

 

Por Excélsior