Por Valeria Cuéllar

Hong Kong enfrenta "Tormenta de 500 años": saldo de un muerto y cien heridos

En varias áreas de la isla se registraron impresionantes niveles de precipitaciones que alcanzaron los 600 mm de agua por hora.

Hong Kong está viviendo una de las peores inundaciones registradas en más de un siglo, con un saldo lamentable de una persona fallecida y alrededor de 110 heridas, según informaron las autoridades locales. En una conferencia de prensa, Eric Chan, el secretario jefe de la ciudad, describió el fenómeno como una tormenta “que se produce una vez cada 500 años” y agregó que el evento climático extremo se mantendrá hasta la madrugada.


En varias áreas de la isla se registraron impresionantes niveles de precipitaciones que alcanzaron los 600 mm de agua por hora, equivalente a un cuarto del total anual habitual. “Fue tan fuerte y repentina que no pudimos actuar y emitir alertas tempranas como sí se hizo con el supertifón Saola,” comentó Chan, haciendo referencia al supertifón que afectó el área hace solo una semana.


Las instalaciones sanitarias están desbordadas, atendiendo a más de cien personas que resultaron heridas durante la tormenta; cuatro de ellas están en estado grave. Además, más de 300 individuos han tenido que buscar refugio, ya que sus hogares quedaron inundados.


A pesar de la gravedad de la situación, el director en funciones de los servicios de drenaje, Chui Si-kay, aseguró que el sistema de drenaje estaba operando normalmente y que está diseñado para soportar tormentas intensas, aunque admitió que la tormenta del jueves por la noche fue “muy extrema”.


La ciudad ha tenido que paralizar sus actividades habituales, incluyendo el cierre de escuelas y la suspensión de la jornada bursátil de la Bolsa de Hong Kong (HKEX). La movilidad en la ciudad también se vio severamente afectada con el cierre de varios puntos de control fronterizo y oficinas locales de inmigración.


Las redes sociales se han inundado de imágenes y videos que retratan la gravedad de la situación, con calles convertidas en ríos y estaciones de metro completamente inundadas, mostrando la urgencia de tomar medidas para garantizar la seguridad de los residentes y mitigar los daños causados por estos fenómenos extremos.
Estas inundaciones sin precedentes se suman a los impactos recientes de los tifones Saola y Haikui, exponiendo a Hong Kong a una serie de desafíos climáticos extremos que ponen a prueba la resiliencia de la ciudad.