En medio de crecientes tensiones, Israel incrementó sus ataques sobre objetivos en la Franja de Gaza, provocando una respuesta internacional. El ejército israelí anunció una serie de bombardeos aéreos, preparándose para una esperada ofensiva terrestre contra los insurgentes de Hamas. Estados Unidos expresó su temor de que esta escalada pudiera desencadenar un conflicto más amplio en la región, incluso amenazando a las tropas estadounidenses.
La intensificación de los ataques y el aumento rápido de muertes en Gaza siguieron a la liberación por parte de Hamas de dos ancianas israelíes, quienes estaban entre los cientos de rehenes capturados durante su asalto del 7 de octubre contra localidades del sur de Israel. El Ministerio de Salud en Gaza, controlado por Hamas, informó de más de 700 muertes en el último día, lo que representa un trágico incremento en el número de víctimas.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, llegó a Tel Aviv para mostrar su apoyo y solidaridad a las familias afectadas. Macron expresó que viajó al país para "expresar apoyo y solidaridad y compartir su dolor". Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que Israel está haciendo todo lo posible para librar una guerra rápida, aunque advirtió que "podría ser una guerra larga".
La situación humanitaria en Gaza se ha deteriorado significativamente, ya que los 2.3 millones de habitantes se han quedado sin comida, agua y medicamentos desde que Israel selló el territorio después del ataque. Los esfuerzos de ayuda se han visto obstaculizados por la falta de combustible, lo que ha llevado a la paralización de la distribución de la ayuda humanitaria y ha afectado gravemente la capacidad de los hospitales para mantener en funcionamiento equipos médicos vitales.
Israel afirmó haber matado a comandantes de Hamas en sus ataques, mientras que los insurgentes palestinos continuaron lanzando proyectiles sobre Israel. A pesar de las afirmaciones de Israel de que no ataca a la población civil, muchos de los ataques impactaron en edificios residenciales, lo que ha llevado a un aumento significativo en el número de víctimas civiles.
La liberación de rehenes, incluyendo ciudadanos extranjeros, ha sido un punto álgido en medio del conflicto. Sin embargo, la incertidumbre persiste en la región, con la comunidad internacional observando con creciente preocupación el deterioro de la situación humanitaria y la posibilidad de una escalada aún mayor del conflicto en los próximos días.
