El 17 de abril se celebra el Día Mundial de la Hemofilia, una jornada dedicada a incrementar la conciencia sobre este trastorno de coagulación que afecta a una de cada diez mil personas globalmente. Bajo el lema de 2024, "acceso equitativo para todos: reconocemos todos los trastornos de la coagulación", se busca no solo concienciar sino también compartir conocimientos y avances que puedan mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes. En México, las cifras muestran que hay alrededor de 5,221 personas afectadas por esta condición, con más de mil mujeres portadoras del gen que puede transmitir la enfermedad.

En el Hospital Central de San Luis Potosí, se atienden actualmente a 35 pacientes con hemofilia, donde el diagnóstico suele realizarse en el primer año de vida. La hemofilia es un trastorno genético ligado al cromosoma X, caracterizado por una deficiencia en los factores de coagulación que provoca hemorragias prolongadas tanto en hombres como en mujeres, aunque con una incidencia mayor en el género masculino. Los principales tipos de hemofilia, A, B y C, se distinguen por la deficiencia de diferentes factores de coagulación, y la enfermedad de Von Willebrand es considerada una variante.

El tratamiento de la hemofilia ha evolucionado significativamente, siendo la terapia de restitución la más común, que consiste en la infusión de concentrados del factor de coagulación faltante. Además, dependiendo de la gravedad de la enfermedad, se pueden emplear otras opciones terapéuticas como desmopresina, fármacos antifibrinolíticos, crioprecipitado, plasma fresco congelado y agentes bypass. Estas opciones se adaptan a las necesidades individuales para controlar las complicaciones de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes.