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Alberto Flores
El emparrillado

‘Primetime Kirk’

Cuando se reveló el calendario 2023 de los Vikingos de Minnesota, apenas y pude creer lo que veían mis ojos: 5 partidos en horario estelar (osea Lunes, Jueves o domingo por la noche). Y es que, a reservas de pensar que la NFL lo haya hecho con dolo hacia los Vikingos, el mariscal de la escuadra de Minnesota y la persona de tez blanca más genérica que puedas encontrar, Kirk Cousins es reconocido por perder partidos de “Horario Estelar”. De ahí se origina el infame apodo que lo caracteriza desde hace ya varias temporadas: “Primetime Kirk”.

En 2018, Cousins fue transferido desde Washington hacia Minneapolis con la esperanza de cubrir la única posición que en su momento consideraban era lo único que les faltaba para alcanzar llegar al Súper Tazón luego de casi 50 años de ausencia en el gran partido: la de mariscal. Era una apuesta bastante arriesgada si consideramos que Cousins no brilló en sus primeras 3 temporadas con los -entonces- Pieles Rojas debido a que en ese momento estaban apostando por el muy versátil mariscal Robert Griffin III. Las lesiones de su colega titular, le permitieron a Cousins ver algo de acción en su año de novato que lo dejarían preparado en 2015, cuando los problemas de rodilla de Griffin lo llevarían a perderse el resto de la temporada y eventualmente, a salir del equipo.

La marcha de Cousins por Washington no fue brillante, pero tampoco la más decepcionante. Todos recuerdan su irreverente grito de “¡Les gusta!” (“You like that!”) en su primera campaña como titular luego de remontar un partido contra los Bucaneros de Tampa Bay, que se tomaría como prueba contundente de que el equipo de la capital había encontrado a su mariscal. Cousins llegó al Tazón de los Profesionales en 2016 y recibió varios galardones como Jugador Ofensivo Destacado en varias semanas durante ese año y el siguiente. Pero, a pesar de todo eso, los reporteros y analistas deportivo siempre tomaron a Cousins como un mariscal de medio pelo. Su batalla no solo la libraba en el campo de juego todas las semanas, también frente a los medios que semana a semana ponían en duda su habilidad como líder de una escuadra de fútbol americano profesional.

Sinceramente era imposible no hacerlo. La administración de Washington durante la era del ex-dueño de la franquicia, Daniel Snyder, dejaba relucir su ineptitud cada que se trataba de armar un equipo que sacara a relucir el talento de la aún joven promesa Kirk Cousins. Por ello, hizo mucho cuando se anunció que sería adquirido por los Vikingos, un equipo que se veía armado para ganar desde 2017 y que estaba buscando esa pieza faltante en su rompecabezas hacia su primer Trofeo Lombardi.

Todo lo anterior es importante mencionarlo porque, a pesar de que la escuadra de Minnesota ha estado en playoffs casi todos los años desde que Cousins está al mando, demostrando que está al nivel de ser el líder que su equipo necesita (cómo dirigir una remontada de 33-0 y ganar el partido en el partido más ridículo que haya presenciado), todavía hay un detalle que hace que los expertos del deporte no lo consideren como un gran mariscal: Jugar bajo las luces de un partido nocturno.

Este 2023, en la segunda semana de enfrentamientos de la NFL, Cousins entró al Lincoln Financial Field en Philadelphia a enfrentar a los más actuales representantes de la NFC y poseedores de la escuadra de fanáticos más agresiva y complicada de la liga, las Águilas. El enfrentamiento era difícil, pero Cousins demostró que no era imposible al registrar 4 touchdowns, 364 yardas por aire, cero intercepciones… pero aún así perdieron el partido. No le puedo echar la culpa a Cousins del resultado. Los números indican que él hizo bien su trabajo y mantuvo al equipo en el encuentro, pero las pésimas coberturas profundas de la defensa de los Vikingos, y la excesiva cantidad de pérdidas de balón en equipos especiales y de sus compañeros a la ofensiva, dejaron viva la dolorosa marca que el mariscal no se puede quitar desde sus días en Washington.

En la serie de Netflix “El Mariscal”, Cousins reconoce saber sobre este señalamiento. En un episodio incluso admite que muchas veces juega con más ímpetu para lograr borrar esa etiqueta en la que, incluso apostadores, confían para menospreciar su desempeño y sus habilidades como jugador profesional. El partido del lunes es una muestra inequívoca de que su record de 12 victorias y 23 derrotas en partidos de “horario estelar” no dependen solo de él. Es un deporte de equipo, y fue notorio durante todo el primer cuarto -y parte del segundo- que los Vikingos no sabían cómo detener a las Águilas. Durante las series ofensivas de la escuadra de Philadelphia, la cámara solo se enfocaba en Cousins, viendo desde las bandas como una vez más se escapaba un triunfo en esa hora sin sol que tanto ha marcado su carrera.

No imagino la sensación del no. 8 de los Vikingos de marchar hacia el túnel que dirige a los vestidores, para dar cara a otra conferencia de prensa donde una vez más debe explicar por qué le es tan difícil mantenerse al nivel de veteranos como Aaron Rodgers, o de jóvenes como Patrick Mahommes en este tipo de partidos que es donde sacan a relucir las razones de sus millonarios contratos. Y muchas veces, evitamos pensar en esas realidades tan humanas y tan arraigadas a la condición de hacer un trabajo con el argumento de que “es un atleta profesional”. Ellos también fallan, y la cruda realidad es que Cousins ha fallado 23 veces a los ojos de toda la audiencia.

No digo que todas sus derrotas en estos horarios sean culpa del equipo alrededor de él, en lo absoluto. Muchos factores convergen para que un resultado sea favorable en la NFL. Pero no por eso voy a negar que sea un buen mariscal, uno muy confiable que los Vikingos tal vez no veían desde los tiempos de Daunte Culpepper en el 2004 y que seguramente podrá devolverles la esperanza de ganar su primer campeonato, muy a pesar de que no a todos les caiga bien por su estilo de juego, o por su actitud de whiteboy que ha decidido adoptar como parte de su imágen a pesar de ser un responsable padre de familia. Honestamente, creo que es un error subestimar y creer que este desempeño en partidos altamente televisados sean factor para ignorar el trabajo que hace en Minnesota.

Pero eso sí, quedan 4 partidos en “horario estelar” y los Vikingos empezaron la campaña con 2 derrotas. No puede seguir bajo la etiqueta de “Primetime Kirk”. Si alguien puede pilotear esta nave Enterprise púrpura llena de sueños y dolorosas decepciones, TIENE que ser el “Capitán Kirk”.