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Alberto Flores
El emparrillado

El hombre en la luna

Josh Dobbs es la persona más interesante y seguramente más inteligente en estas épocas en el campo de juego.

 

La historia del sujeto es fascinante y no solo es una historia de la que los aficionados de los Vikingos de Minnesota están enamorándose al cabo del paso de las semanas que los acercan cada vez más a playoffs. Es el protagonista de una historia tan impresionante como sus estudios universitarios… pero me estoy adelantando.

 

Dobbs es el más reciente mariscal de campo de los Vikingos de Minnesota. En la primera semana de esta columna, mencioné que era responsabilidad del mariscal titular de los Vikingos, Kirk Cousins, el tener momentos de redención en sus momentos más adversos, como lo eran los partidos de horario estelar. Sin embargo, en un partido contra los Empacadores de Green Bay, Cousins se lesionó el tendón de Aquiles y se declaró inactivo para el resto de la temporada… siendo esta tal vez la última ocasión en la que veremos a Cousins en un uniforme de la franquicia del Norte de la Conferencia Nacional.

 

En un movimiento totalmente desesperado, la oficina administrativa de los Vikingos tomó la decisión de explorar el mercado de mariscales talentosos en equipos deficientes; y de repente sus ojos se posaron en el timonel de los Cardenales de Arizona, quienes están teniendo una temporada para el olvido, y rescatar a un talentoso joven que ya había dado previas muestras de talento en la liga: Josh Dobbs.

 

Para mí (y para la mayoría de los aficionados), Dobbs era un completo desconocido, a mis ojos solo veía un mariscal que se encontraba batallando con el equipo tan deficiente que le tocó dirigir en el emparrillado. No quería ser tampoco grosero al hacer notoria su falta de cabello, pero después me enteré de que tiene la condición conocida como alopecia (pérdida del cabello) y que la desarrolló justo después de salir de la universidad.

 

Jamás me hubiera imaginado que tuviera un título en física aeroespacial, y que hubiera tenido estudios avalados y financiados por la mismísima NASA antes de enfocarse a jugar fútbol americano. Ahora, lo equivocado de mi juicio deriva de que ser estas dos cosas no es fácil, y mucho menos al mismo tiempo. Para empezar, el promedio para convertirse en un jugador profesional de NFL es de menos del 2% a nivel nacional en Estados Unidos, y se reduce considerablemente más hablando a nivel internacional. Después, en estudios recientes se ha demostrado que menos del 5% de la comunidad científica es de raza afroamericana debido a las dificultades sociales que presenta este sector y son áreas casi únicamente destinadas a los que tienen privilegios económicos.

 

Dobbs fue seleccionado en el draft de 2017 por los Acereros de Pittsburgh en la cuarta ronda, pero no demostró ser tan efectivo como para ser el reemplazo de un ya eclipsado Ben Roethlisberger. Saltó entre varios equipos hasta que en 2023 los Cardenales de Arizona finalmente decidieron apostar todo por él y viceversa… incluso se compró una casa en la ciudad del desierto porque estaba seguro de que este era su gran oportunidad. Sin embargo, el equipo del Oeste jamás ha sido efectivo y tras una serie de dolorosas (aunque peleadas) derrotas, Minnesota hizo por fin el rescate de un mariscal que no había tenido oportunidad alguna de brillar al 100%

Tuvo que ingresar a medio partido contra los Halcones de Atlanta sin conocer la ofensiva… ¡Es más! Ni los nombres de sus compañeros se sabía para ese momento. Tuvo que tomarse varias series para explicarle a su centro su forma de llevar el conteo y como entregarle el balón. Y supo sobrellevar un partido que se veía completamente fuera de alcance a pesar de que todo estaba en contra de él y de su nuevo escuadrón, demostrando lo brillante que es tanto fuera como dentro de la cancha.

 

Hoy día, mantiene las manos sobre el volante que acerca cada vez más a los Vikingos a colarse a la ronda de comodines en enero. Y es una fortuna que aún le queden juegos sencillos con una escuadra que ha empezado a mostrarse inspirada a pesar de no contar con su arma más efectiva en el receptor Justin Jefferson. Tal vez el hogar del joven astronauta ya no se encuentra específicamente en Arizona, pero a los ojos de la liga y los aficionados, poco a poco va encontrando abrigo en una casa mucho más grande y mucho más inspiradora: el Us Bank Stadium en Minneapolis, Minnesota.