Recuerdo que en una de las primeras entradas de este su espacio de opinión hablamos sobre la relación entre Travis Kelce y Taylor Swift por lo impactante que era ver cumplido el sueño romántico del ala cerrada de los Jefes de Kansas City con la estrella pop del momento. Lastimosamente, ese hecho opacó uno trágico para la ciudad de Denver y que tendría de lastre durante mucho tiempo… bueno, hasta ahora.
Actualmente, los Broncos de Denver tienen la racha de victorias más larga de la temporada en la NFL con un total de 5. Este hecho empezó después de su enfrentamiento en Green Bay -aunque para crédito de mis pobres Empacadores, ese partido fue más uno de esos tantos partidos que deciden simplemente perder- y desde entonces no han parado de demostrar tanto el mariscal Russell Wilson como el entrenador Sean Payton que todos quienes nos burlamos de ellos, nos estábamos adelantando a los hechos.
Las críticas a estos personajes empezaron durante la semana tres -en la que hablé de Swift y Kelce- cuando en un enfrentamiento contra los Delfines de Miami, los del estado del Oeste recibieron la penosa cantidad de 70 puntos en contra. 70 puntos se pueden traducir en 10 Touchdowns o en una muestra total de incompetencia para los Broncos. Para que se den una idea de lo grave de la situación y de lo justificadas de las críticas, desde la década de los 60 's ningún equipo había mostrado incompetencia tal como para que permitieran esta grosera cantidad de anotaciones y yardas en contra.
Miradas de juicio se centraron principalmente en el nuevo entrenador de los Broncos, Sean Payton. Habiendo llegado de los Santos de Nueva Orleans, muchos le atribuían su éxito únicamente a la buena fortuna de haber contratado al mariscal Drew Brees para compensar por las desilusionantes pérdidas en partidos de playoffs y que añadían a su curriculum de decepciones junto al Bountygate (dar bonos por lesionar jugadores de otros equipos). Y parecía que una vez más la suerte le iba a sonreír al tomar el liderazgo de un muy carente equipo que había dejado el previo entrenador Nathaniel Hackett, pero con un mariscal que tiene experiencia en Súper Tazones como Russell Wilson.
Al principio de la campaña, se veían algunos momentos de brillantez en la plantilla de los Broncos, pero por lo general las interrogantes se mantenían en el aire entre propios y expertos del deporte. Le ganaron a Kansas City, su rival divisional y por siempre favoritos para ganar el Súper Tazón cada año, a los Bills de Búfalo y a los Vikingos de Minnesota y puede ser posible que incluso lleguen a colarse a post-temporada con el mal paso que llevan sus otros rivales de división, los Cargadores de Los Ángeles.
Es cierto también que todos los partidos que ha ganado Denver en la temporada han sido por marcadores bastante cerrados, pero el hecho es que a diferencia de ese terrible 70-20 contra Miami, Denver ha ido demostrando poco a poco que tiene una plantilla competente para competir y para mantener los resultados ante las adversidades. Si bien también es cierto que tiene varios huecos en el área de corredor y línea ofensiva, la defensa se ha portado a la altura en ocasiones importantes, y lo han hecho sin la ayuda de grandes nombres en su plantilla como bien lo han hecho otros equipos que tienen un mejor récord de victorias que ellos.
Personalmente, me parece muy emocionante esta recta final de la justa, alcancemos a ver cosas que anteriormente no eran muy claras y los equipos con posibilidades empiezan a ajustarse para tener una posibilidad de llegar a la post-temporada. Y en este particular caso, hay equipos y jugadores que se enfocan en darle la vuelta a sus narrativas del inicio de la temporada. Honestamente creo que los Broncos de Denver son uno de los equipos más interesantes de ver, pues su calendario para el final de la campaña no es tan complicado y los partidos así de cerrados como nos han tenido acostumbrados son un espectáculo que, a falta de Taylor Swift en las gradas de los partidos de los jefes, se agradece.
Como nota al pie y hablando de la intérprete de Shake It Off, cuando los Broncos derrotaron a los Jefes hace unas semanas, la escuadra de Colorado celebró el triunfo en el estadio precisamente con esa canción. Si esto no es divertirse con las circunstancias, no sé qué lo sea…