En la constante evolución de nuestras ciudades, un aspecto crítico a menudo queda en la sombra: la inclusión de las personas con discapacidad. La reciente serie de Netflix, "Ojitos de Huevo", nos ofrece una perspectiva refrescante y necesaria sobre este tema. La serie sigue a Alexis, un joven ciego, y a su mejor amigo Kike Vázquez, con parálisis cerebral, en su viaje de autodescubrimiento y superación personal.
"No son las personas 'discapacitadas', sino los espacios los que son discapacitantes", una realidad palpable en la vida cotidiana. Si una persona en silla de ruedas no puede subir un segundo piso, la limitación no reside en la persona, sino en el espacio construido sin considerar la accesibilidad universal. Este pensamiento debe ser un pilar en el diseño urbano y arquitectónico, orientándonos hacia una inclusión genuina.
"Ojitos de Huevo" no solo entretiene, sino que educa, utilizando el humor como un vehículo para abordar temas delicados como la estigmatización y la inclusión. Cada episodio descubre un desafío distinto, reflejando los muchos desconocimientos y frustraciones que las personas con discapacidad enfrentan a diario, desde la comunicación hasta el diseño de espacios.
Esta serie es un llamado a reconocer los derechos y necesidades de las personas con discapacidad. Al contemplar nuestras ciudades y espacios públicos, debemos preguntarnos: ¿Son realmente accesibles y acogedores para todos? La inclusión en el diseño no es solo una cuestión de cumplir con normativas, sino de promover un desarrollo integral y equitativo. "Ojitos de Huevo" nos invita a mirar más allá de la comedia, para reflexionar sobre cómo podemos contribuir a una ciudad más inclusiva y amable, una ciudad para todos.
En San Luis Potosí, y en otras ciudades, la responsabilidad de construir un entorno inclusivo recae no solo en los planificadores urbanos y arquitectos, sino en cada uno de nosotros. Al abogar por la inclusión y participar activamente en el diseño de nuestro entorno, podemos asegurar que nadie se quede atrás. "Ojitos de Huevo" no es solo una serie; es un espejo de nuestra sociedad y un recordatorio muy divertido de lo que aún debemos lograr en términos de inclusión y empatía.
La inclusión de personas con discapacidad va más allá de simples ajustes estructurales; es un compromiso social y ético hacia una comunidad más integradora y justa. La serie "Ojitos de Huevo", con su enfoque único y empático, nos hace ver el camino, como diría Alexis “ojitos de huevo”. Solo así, reconociendo y adaptándonos a las necesidades de todos, podemos aspirar a una mejor calidad de vida para todos en nuestras ciudades.