No es común ver que los imperios caigan, aunque sí es una regla de los ciclos de las autoridades en todos los ámbitos. Así le pasó al Imperio Bizantino, así le pasó al imperio Romano, así le pasó a las fuerzas armadas napoleónicas... y así le está pasando a la dinastía de 2 décadas establecida por los Patriotas de Nueva Inglaterra.
Para los fanáticos de los Patriotas, no quedan más que los recuerdos de una época en donde era común esperar que su equipo llegara al Súper Bowl en cada año para representar a la AFC. Y para la gente que afirmaba irle "a Tom Brady", no quedan más que los Jerseys con el número 12 acumulando polvo en sus armarios... Y es una ventaja para ellos, pues no tienen qué someterse al carente talento de Mac Jones en la posición de Mariscal y a la cara de cansancio y frustración del entrenador más ganador en la historia de la liga. Y para el resto de los aficionados al deporte, solo hay alaridos de felicidad de poder ver un equipo tan dominante, reducido a la más mínima de sus expresiones y a la extinción de esta sub-raza tan fastidiosa como lo eran los fanáticos de los Patriotas.
Así como para muchos ha sido un periodo de transición extraño dependiendo de su equipo y el mariscal que los llenara de gloria, puedo comprender la confusión a la que se sometieron los seguidores de la escuadra de Massachussets cuando vieron un número ajeno al 12 durante la temporada 2019 (aparte de la confusión de vivir encerrados por un virus originado en China). Pero si hay un enemigo al que ni Brady ni ninguna persona puede vencer o negar es el padre, tiempo... y el tiempo es un factor completamente importante y relevante en la historia de estos nuevos Patriotas de Nueva Inglaterra.
Tiempo para acostumbrarse a ver un récord perdedor en cada una de sus últimas 4 temporadas luego de obtener la mala costumbre de ser consentidos con un mariscal que solucionaba hasta el más difícil de los regresos. Además de ser de los equipos que menos yardas producen, menos puntos anotan, menos entregas de balón aprovechan y menos esperanzas producen de llegar a la post temporada.
Tiempo para entender que Mac Jones no es la respuesta. Aunque el joven mariscal haya puesto tantos momentos de brillantez en situaciones complicadas, es innegable el hecho de que el problema no radica en el talento del equipo, sino en el colectivo que representan los Patriotas. Jones dirige una ofensiva donde las terceras oportunidades son un fracaso anunciado, y donde las defensivas rivales encuentran cualquier cantidad de huecos para obligarlo a perder una confianza que de por sí ya se encontraba por los suelos.
Tiempo que Bill Bellichick considera se acerca para su retiro. Ser un entrenador que ha estado involucrado en el juego por casi 4 décadas y ser ganador de 8 Súper Tazones (2 con los gigantes de nueva York como coordinador defensivo), debe de haber perdido su sazón luego de estar sometido a tanta ineptitud en el área de mariscal que no ha podido llenar desde hace varias temporadas; y que también trata de dar gusto a una liga que se ha vuelto cada vez más exigente en el departamento del "éxito", el cual ya tuvo y disfrutó y seguramente piensa que no podrá recapturar nunca...
Tiempo para pensar en qué sigue para el dueño Robert Kraft luego de tanta bonanza de títulos. Su confianza siembre ha estado en Bellichick y en las decisiones que ha tomado, pues han dado resultados casi infalibles. Claro. Hasta ahora. Tal vez Kraft también ya se siente cansado de ser tan exitoso y sea hora de darle posibilidades a nuevos talentos tanto en las oficinas administrativas como en los demás niveles de la administración de un equipo.
Tiempo para darse cuenta como aficionado si uno estaba cegado por la magia de Tom Brady, pero también para mirar atrás y darse cuenta de que durante varias décadas el equipo era uno más del montón. Establecer una dinastía fue situación de muchos factores que se congregaron perfectamente en esta línea temporal, donde Bellichick decidió no ser coach de los Jets, donde Drew Bledsoe le dio paso al mejor jugador de todos los tiempos, y donde cada una de las piezas encajaba a la perfección para regalar espectáculos impresionantes.
Esos días han acabado, y es tiempo de pensar en nuevas posibilidades. Si hay un momento para ser fan de los Patriotas, definitivamente no es hoy ni lo será en un buen tiempo, porque la organización tiene mucho que pensar.
Los dejo con un poema:
"Mi nombre es Ozymandias, rey de reyes, ¡contemplad mis obras, poderosos y desesperad! Nada queda a su lado. Alrededor de la decadencia, estas colosales ruinas, infinitas y desnudas, se extienden a lo lejos, las solitarias y llanas arenas."