Pues amigos, amigas, personas de género diverso… ya se terminó esta temporada de NFL. Una vez más los jefes de Kansas City se han coronado campeones del deporte más complicado de entender del mundo gracias a su experiencia en el gran juego, a su amuleto de la suerte en el número “13” de Taylor Swift y a mostrar cómo es que este equipo aprendió a adaptarse a las situaciones que le presentaba una de las defensas más fuertes de la liga, a pesar de no contar con el mejor cuerpo de receptores que pudiera tener.
Una vez más, Patrick Mahomes demostró que está encaminado a colarse en la conversación donde aparecen nombres como los de Tom Brady y Joe Montana, gracias a la edificación de su legado, junto al de una nueva dinastía en la NFL y el nacimiento de un nuevo villano para todos quienes seguimos este deporte.
La maestría con la que el jugador más valioso del Super Bowl dirigió a su escuadra por el campo en esa última serie fue impecable: un manejo excelente del reloj, una precisión asombrosa para colocar los pases, una determinación incomparable para elegir salir por piernas (corriendo, pues) de la bolsa de protección para obtener primeros y dieces, y la confianza extrema en su equipo para llamar un pase en la última jugada para sellar el partido. “El Corn Dog” es el nombre de la jugada final y es la que seguramente vivirá en la mente de muchos fanáticos por mucho tiempo luego de un electrizante partido.
Decir que fue un partido que superó las expectativas de todos es decir lo menos: lo que parecía un encuentro de defensivas durante el primer cuarto, poco a poco se fue desenvolviendo en uno donde ambos equipos mostraron sus puntos más fuertes y también confirmaron que en este tipo de encuentros siempre termina triunfando el que menos se equivoca. Definitivamente fue un partido que todos los nuevos fanáticos del deporte podrán apreciar porque fue cardiaco hasta las últimas instancias: Desde los niños que pudieron sintonizar el partido a través de la cadena Nickelodeon, hasta los y las Swifties que estaban esperando a que la transmisión cortara a los palcos para ver a “su madre”, el partido estuvo a la altura de ofrecer lo que es la verdadera experiencia de este deporte, con la esperanza de que más y más personas encuentren atractivo el sintonizarlo cada domingo de manera casi religiosa. Todo bien excepto el medio tiempo: flojo, nada atractivo y con Usher sudando más que un doctor en una operación a corazón abierto. Estuvieron mejor los artistas invitados.
Los 49ers jugaron un excelente juego. Brock Purdy manejó el juego con paciencia a pesar de su inexperiencia, y la defensiva tuvo en jaque a los Jefes hasta el final del partido. Si lo perdieron fue por los errores que cometieron y alguna que otra controversia arbitral (unos castigos de “sujetando” que no se marcaron), pero ellos también tuvieron varias faltas no marcadas a su favor (varias interferencias de pase). El hecho es que sí duele perder un partido que se ve tan dominado, pero en general fue uno muy bien jugado por parte de la escuadra californiana. Pero como consejo, es mejor aprenderse las reglas antes de salir al campo de juego… igual y eso les hubiera permitido ser más agresivos cuando se enteraron que los Jefes iban a tener una posesión más en el tiempo extra, cosa que terminó por sepultar sus esperanzas.
En fin, fue un gran cierre para una gran temporada. Estuvo llena de sorpresas, de corajes, de victorias y de derrotas. La NFL tuvo un gran año gracias a sus patrocinios, a sus acuerdos comerciales, a sus derechos de transmisión y a su exposición por la estrella pop del momento; y nosotros los fanáticos tuvimos unos grandiosos 6 meses de este bello deporte que se encuentra en constante crecimiento y alcanzando nuevas fronteras tanto entre géneros como entre países.
Lo que resta del año, me dedicaré a platicar sobre lo que puede venir para los equipos en esta temporada 2024. Quizá sea lectura un poco más pesada para quienes aún se consideran “casuales”, pero es saludable hacer una introspección y una retroalimentación del panorama de los equipos y de la liga en general. Además es una liga que celebra cualquier cosa durante estos 6 meses de ausencia, como revelar el calendario de juegos o el inicio de los entrenamientos.
Y para los nuevos fans de los Jefes, muchas felicidades; vieron en 4 meses a su equipo lograr lo que muchos no han logrado a lo largo de su historia (como los Cardenales de Arizona, que están aquí desde 1898)... pero también, acostumbrense… porque quieran o no, el equipo que más gana es al que más odian en el colectivo.
¡Feliz Off-season!