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Alberto Flores
El emparrillado

Desacostumbrarse a la Costumbre

Una de las situaciones más lamentables a las que nos enfrentamos en estos tiempos actuales es la violencia. La vivimos en muchas formas, en muchos contextos y en casi todos los niveles. Lastimosamente es una de las situaciones a las que nos acostumbramos más rápidamente y lo volvemos parte de nuestra vida cotidiana a tal grado que nos cuesta reconocerlo. Pero hay una forma de violencia mucho más tangible que otras y que es mucho más sencilla de mencionar y de señalar que otras: la violencia con armas.

 

En Estados Unidos es un tema muy complicado, porque es legal el poder acceder a un arma de fuego según la segunda enmienda de la constitución. Aunque bien es cierto que “las armas no matan, si no la gente”, la realidad es que la educación respecto a la responsabilidad de la posesión de un arma en el país vecino es completamente negligente. La necedad de algunos respecto a defender su derecho a poseer un arma es casi risible, pero cuando el problema transpira a los entornos públicos como las escuelas o los parques, es cuando el tema resurge una vez más y la resolución por lo general es la misma: no dar soluciones.

 

La semana pasada, antes de terminar de publicar la entrada correspondiente a este espacio, ocurrió un tiroteo en la ciudad de Kansas City mientras se llevaba a cabo el desfile y celebración para celebrar el triunfo del equipo de los Jefes en la edición 58 del Super Tazón. Cientos de fanáticos corrieron despavoridos ante las detonaciones de arma de fuego que se escucharon por encima de la música que ambientaba el momento de júbilo. Varios jugadores intentaron proteger a familias enteras en espacios tan inseguros como un closet en un vestíbulo, o detrás de un camión donde ya había más gente buscando resguardo de las balas.

 

Un total de 10 heridos, dos muertos y dos posibles sospechosos detenidos fue el saldo que dejó el aterrador hecho que muchas familias relacionarán en vez de la alegría de ver a su equipo campeón una vez más. Ambas víctimas del tiroteo son de ascendencia latina, por lo que se especula que pudo haber sido una situación que involucra un tema racial o un ajuste de cuentas entre pandillas.

 

Sea cual sea que haya sido el motivo (que sus especulaciones son más allá de racistas, otro problema del que no hay las suficientes conversaciones), lo que no se puede permitir es que exista la violencia y que esté tan generalizada al punto de convertirla en parte de nuestra vida cotidiana. Tal vez en México estemos acostumbrados por el tema del crimen organizado, pero en Estados Unidos las armas están a la venta prácticamente en cualquier establecimiento y está al alcance de cualquier persona en prácticamente cualquier hogar.

 

A pesar de los esfuerzos de los jugadores, entrenadores y artistas por apoyar a su comunidad con donativos y acciones caritativas, no es responsabilidad de ellos proporcionar seguridad en este tipo de situaciones. Ellos hacen lo que pueden para mitigar esta lamentable situación, pero de donde debe venir la garantía de poder estar en un espacio público y no preocuparse porque alguien entre la multitud pueda portar un arma; tampoco ser enérgicos en cuanto a responsabilizar a las personas en cuanto al uso de armas. Todas esas acciones deben venir de conversaciones sociales y políticas que ayuden a que este problema deje de volverse la norma.

La cosa es que si México es un país conservador con su religión, Estados Unidos es un país conservador con su patriotismo y son temas complicados de tratar entre los militantes republicanos que exigen su derecho a las armas de fuego. Pero mientras estos actos de inconsciencia sigan ocurriendo, se debería optar por tener estas conversaciones por mucha oposición que se pueda encontrar; es necesario buscar puntos medios que sean benéficos para todas las partes porque recordemos esa frase de Rousseau que proclama “La libertad de uno termina cuando inicia la del otro”, y creo que la garantía de la vida debe ser más importante que la posesión de instrumentos que puedan afectar la misma.

 

Bueno, ya abordamos el tema social. La próxima semana vamos una vez más al deporte.