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Elizabeth Mercado
Diálogo existencial

Explorando la Grandeza Interior: La Maravilla de Conocer nuestra Conciencia

Como terapeuta existencial, he navegado por las profundidades de mi propia existencia, encontrando en la metáfora del mar un reflejo poderoso de nuestra naturaleza. Todos somos como el mar: vastos océanos de experiencias y potencialidades que se entrelazan en un tejido único de vida. Sin embargo, al tomar forma física, nos convertimos en vasos que contienen una porción del agua del mar.

Este acto de incorporación nos permite separarnos momentáneamente del mar para reflexionar sobre nuestra esencia individual. Al igual que un vaso que contiene agua del océano, podemos observar y reflexionar sobre nuestra individualidad mientras estamos separados del todo. Es en este estado de separación que encontramos la oportunidad de explorar nuestra propia naturaleza y hallar respuestas a las preguntas más profundas de la existencia.

No obstante, esta separación es temporal y limitada. Eventualmente, el vaso de agua regresa al mar, fusionándose nuevamente con la totalidad del océano. De manera similar, al final de nuestras vidas, regresamos a la esencia misma de la existencia de la que vinimos. En ese momento, nos convertimos en uno con el todo una vez más, perdiendo la capacidad de comprender nuestra individualidad separada.

Esta metáfora del mar nos recuerda la dualidad de nuestra existencia: somos seres individuales con una conciencia única, pero también somos parte de un todo mayor que trasciende nuestra comprensión individual. Es a través de la separación momentánea que podemos percibir la grandeza de nuestra propia existencia y encontrar respuestas a las preguntas más profundas de la vida. Sin embargo, nunca debemos olvidar que, al final, somos simplemente una gota en el vasto océano del universo.

En el vasto paisaje de la existencia humana, a menudo nos encontramos inmersos en el mundo tangible de la supervivencia, donde la lucha por sobrevivir puede parecer el único objetivo válido. Sin embargo, como terapeutas existenciales, reconocemos que el verdadero valor y riqueza de la vida se encuentran en un reino más profundo: el mundo onírico de la conciencia.

Es en este mundo de la fantasía y la conciencia donde reside la verdadera grandeza que llevamos en nuestro interior. La conciencia es inmensa, una vasta y misteriosa morada de posibilidades infinitas. Conocer nuestra conciencia es posiblemente una de las experiencias más maravillosas que podemos tener en la vida. Es un viaje de autodescubrimiento y expansión de la mente que nos lleva a explorar los límites de nuestra propia existencia.

Al sumergirnos en las profundidades de nuestra conciencia, nos encontramos con la esencia misma de lo que somos: seres infinitos de luz y amor. Es a través de la separación de nuestra esencia divina que podemos percibir su magnitud y belleza desde una perspectiva exterior.

En nuestra búsqueda por encontrar significado y propósito en la vida, a menudo nos esforzamos por destacar en el mundo material, luchando por sobrevivir y prosperar dentro del sistema capitalista. Sin embargo, ¿cuántas veces nos detenemos a reflexionar sobre el verdadero propósito de nuestra existencia? ¿Cuántas veces hemos dejado de lado la búsqueda de riquezas materiales para adentrarnos en el vasto océano de nuestra propia conciencia?

Es en este viaje hacia el interior donde encontramos la respuesta a las preguntas más profundas de la vida. Es aquí donde descubrimos la verdadera grandeza que llevamos dentro, esa chispa divina que nos conecta con el universo mismo. Al reflexionar sobre estas preguntas, nos encontramos con la invitación a explorar las profundidades de nuestra propia conciencia, a descubrir la grandeza que llevamos dentro y a vivir en armonía con la esencia misma de la vida. En última instancia, nuestra existencia es mucho más que simplemente sobrevivir en el mundo material; es una oportunidad para conocer y abrazar la infinita maravilla que reside en nuestro interior.

Por: Elizabeth Mercado, terapeuta existencial. 
Autora de Jaula Mental, decorar la jaula no te hace libre (disponible en Amazon)
Ig: elizabeth.mdo