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Alberto Flores
El emparrillado

Señores frágiles

Para ser temporada baja en el extraño, celoso y varonil mundo de la NFL, extrañamente hay mucho de lo que quiero compartir y expresar en este espacio. Empezando por la necedad de mis compañeros periodistas por replicar notas sin verificar la información o hacer una correcta traducción si la fuente viene en otro idioma por las ansias de ser los primeros en dar la exclusiva. 

Pero no. Siendo este el mes de la celebración de la comunidad de las personas de sexualidad diversa, sabiendo que se acerca la marcha donde este sector exige visibilidad y respeto por sus garantías sociales y humanas… y sobre todo, en vista de los hechos suscitados en la capital potosina donde varios policías agredieron a unos jóvenes de la comunidad LGBT+ por hacer bailes “Vouge”, creo que es necesario hablar de este tema en particular.

Ya comenté antes que es el mes de la celebración de la diversidad sexual y siendo este el caso, las marcas y las empresas se cuelgan de los calendarios y adoptan los colores de la bandera LGBT+ (soy miembro de la comunidad y qué hueva escribir todo el acrónimo; tiene más letras que días en la cuaresma) para mostrar apoyo a la causa. ¿Qué tan cierto o qué tan falso es? Eso depende de cada quién.

La National Football League y varios de los equipos que la conforman adoptaron esta práctica también, poniendo sus logos en un vistoso arcoíris; pero varios no. El problema no es que los equipos no hayan cambiado el color de su logo, si no los comentarios de los pobresitos señores vulnerados por la imposición de ideologías en su prístino y sagrado deporte.

Es que, pobres de ellos, ya no hay espacios en donde se sientan seguros. Si no son las feministas agrediendo sus plazas y monumentos, es una güera desabrida invadiendo sus pantallas a la mitad de su deporte de “onvres”, ¿Y ahora vienen los gays a imponer sus prácticas lujuriosas en el deporte más heterosexual del planeta? Ya basta. Ya déjenlos disfrutar su deporte. Déjenlos ser señores y disfrutar de las poquitas cosas que les quedan porque esta “generación de cristal” se ha encargado de destruir los buenos valores de machismo, intolerancia y violencia a los que estábamos acostumbrados.  

Puedo ser muy irónico con la situación… pero no es un asunto de risa: El hombre heterosexual está perdiendo sus espacios y, por ende, la paciencia. Los comentarios que vi en las publicaciones donde había quejas no son emojis enojados, son verdaderos enunciados que incitan a la violencia. Entendamos que no es una guerra, es una búsqueda por tener una sociedad más justa e integrada. Y sé que esos diálogos no se tienen en un foro de internet, empiezan en casa o en nuestros círculos sociales.

Lo sé. Yo he estado ahí.