Kate Middleton hizo una aparición destacada en la final masculina de Wimbledon, donde Novak Djokovic y Carlos Alcaraz se enfrentaron. Rompiendo con su estilo habitual, Kate lució un deslumbrante vestido morado diseñado por Cecilia de Safiyaa, atrayendo todas las miradas en el palco real. 

Acompañada por su hermana Pippa Middleton y su hija, la princesa Charlotte, Kate desafió las expectativas, ya que su participación en el evento había sido incierta debido a su tratamiento contra el cáncer. En un comunicado anterior, Kate había mencionado los desafíos de su recuperación, señalando que alternaba entre días buenos y malos. 

A pesar de estos obstáculos, su presencia en Wimbledon fue un testimonio de su fortaleza y dedicación tanto a sus deberes reales como a su amor por el tenis. Kate ha sido una asistente habitual del torneo durante más de una década y su compromiso con el deporte se ha mantenido firme, participando incluso en actividades y entrenamientos con estrellas del tenis.