Desafortunadamente, para muchos, yo no voy a ser el típico señor holgazán que se queja de los deportistas cuando no ganan una medalla en la justa deportiva en la que participan. No solo porque todos esos jóvenes tienen más talento, dedicación, responsabilidad y entrega que yo en cualquiera de mis apéndices, si no porque entiendo lo mucho que les ha costado a todos estos chicos y chicas el estar en París representando no solo a su país y a sus familias, si no también a estos señores que miran muy comodinos desde sus salas y tienen el atrevimiento de juzgar.
Si hay que señalar una razón por la cual nuestros deportistas no figuran tanto en el medallero como otros países que llevaron a menos representantes en su delegación, no hay que irnos muy lejos: la Comisión nacional del Deporte, mejor conocida como “Nos colgamos medallas que no nos pertenecen”.
Con una maestría y elegancia por parte del equipo de tiro con arco femenil, Ale Valencia, Paula Vázquez y Ángela Ruiz no solo ganaron la medalla de bronce en la justa olímpica, si no que lo hicieron en una disciplina que la coordinadora de la CONADE, Ana Gabriela Guevara (también medallista olímpica en Atenas 2000) decidió simple y sencillamente ELIMINAR del programa del órgano federal.
Bien lo han dicho deportistas a lo largo del año: No hay apoyos, no hay becas, se exigen resultados sin tener competencias internacionales, no hay equipo, no hay viáticos, no hay uniformes (tan no los hay que casi descalifican de varios eventos a los mexicanos por tener exceso de patrocinadores en los uniformes); pero sí hay abusos, hay demandas por acoso, hay desorden, hay indiferencia, hay excusas. Todo lo que lograron los deportistas no lo hicieron solo entrenando, lo hicieron pidiendo dinero en otros lugares donde el organismo que se supone debe ver por ellos no les ha dado más que la espalda.
Guevara es un extraño enemigo, y a la vez uno muy familiar. Es una atleta que sufrió la misma negligencia del mismo organismo que ahora encabeza y no ha hecho más que mermar el esfuerzo de los deportistas que la representan a ella y a su institución. Ahora, ella afirma que cada deportista le cuesta una cifra importante a la CONADE… mira qué conveniente que los recursos del país estén estancados en los proyectos del presidente que llevan años inaugurándose y años sin funcionar.
Me urge ver la mañanera cuando regresen los deportistas a casa, para que con su sonrisita hipócrita los mandatarios y representantes que nunca han visto por ellos y menosprecian su esfuerzo y carencias se cuelguen la medalla de que “lo hicieron por todo México”. No se engañen, lo hicieron para ellos, por ellos y ellos nos permitieron la fortuna de acompañarlos a pesar de las críticas que la misma CONADE ha provocado, pero se esfuerza intensamente por mitigar.
Discúlpenos por fallarles tanto, atletas.