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Alberto Flores
El emparrillado

Responsabilidad

La palabra responsabilidad debe de ser una de las que más usamos con menor conciencia de su peso sobre en quien recae. Es tomar conciencia y aceptar las consecuencias o los resultados de las acciones y decisiones que ocurren de manera cotidiana. Muchas veces, esta palabra se arraiga con el trabajo, con la familia o con ciertas situaciones que vamos adquiriendo mientras crecemos.

En este caso muy específico del futbol americano, hablamos de que una buena o mala decisión afecta a muchas personas de distintas maneras directas e indirectas.

La responsabilidad de tomar a un equipo que tiene las esperanzas puestas en un trofeo y convertirlo en un ganador y asumir cuando ese equipo no está funcionando. Saber detectar a los eslabones más débiles y quitarles carga de trabajo o simplemente desecharlos si afecta el plan para el éxito. Asumir que la culpa es propia por la falta de enfoque y motivación, y dejar de culpar a los jugadores o a los medios. 

No podría comprender el peso emocional que es el ser joven y ser obligado a cargar a todo un equipo al hombro. A veces resulta bien, pero a veces puede resultar en un completo desastre. Lo peor es que no es tu culpa, es la de muchos factores, pero las consecuencias de esas decisiones siempre caerán sobre los hombros de unos cuantos conejillos de indias en vez de ver un panorama más amplio.

Me pongo a veces también a pensar en la responsabilidad que tienen consigo mismos los veteranos que han sido cambiados de equipos; mantener la mentalidad de ser el mejor a pesar de los errores que no te permitieron enmendar, el tener qué trabajar el doble de duro para no perder tu trabajo ante alguien más joven, el tener qué esperar a que las negociaciones de tu contrato sean benéficas para ambos lados. Y sobre todo, ese recordatorio constante de que tal vez esta es tu última oportunidad para demostrar que vales toso ese dinero y que no se equivocaron contigo al tomar esa decisión.

Como fanáticos, siempre anteponemos nuestro entretenimiento a la salud física y mental de quienes constantemente tienen su bienestar colgando de un hilo, porque creemos que es responsabilidad de ellos darnos el equivalente a lo que pagamos en playeras o balones o suscripciones de streaming. Pero nunca pensamos en que en nosotros también cae el peso de que se tomen esas decisiones. Nuestras exigencias pueden apresurar condiciones, exigir resultados imposibles, mermar proyectos, negociaciones y hasta vidas por lo poco empáticos que somos. 

Allá en el horizonte se asoma una nueva temporada de futbol americano. Con ella muchas decisiones darán frutos o se pudrirán eventualmente. Asumir riesgos y consecuencias. Decidir sobre la marcha. Afrontar retos y cuestionamientos. Sufrir la presión.

Hacerse responsable. Ser responsable. Tener responsabilidades.