Sergio Pérez terminó en la décima posición en el Gran Premio de Singapur, enfrentando una serie de problemas que le impidieron pelear por mejores posiciones. La carrera resultó especialmente desafiante para el mexicano, ya que su monoplaza sufrió una falla en el sistema de hidratación que lo dejó sin agua a lo largo de las 62 vueltas, una situación crítica en una de las pruebas más exigentes del calendario de la Fórmula 1.
Con temperaturas en pista de 35 grados y una humedad del 74%, ‘Checo’ tuvo que soportar las condiciones extremas sin poder hidratarse, algo que reveló al final de la carrera: “Fue difícil correr sin agua. De cualquier forma, vamos a enfocarnos en la parte final del año”, comentó en su radio.
Además de la deshidratación, Pérez tampoco encontró el ritmo necesario para avanzar en la carrera. Durante gran parte de la competencia, quedó atrapado detrás de Nico Hulkenberg y señaló que el coche "brincaba muchísimo," lo que le dificultó el rendimiento en pista. “Era muy difícil de pasar. Tuvimos una buena arrancada, pero desafortunadamente no pudimos hacer más. Creo que perdimos la posibilidad de hacer el undercut como lo hizo Carlos (Sainz)”, explicó ‘Checo’ a Fox Sports.
Después de un fin de semana complicado, Sergio Pérez espera que Red Bull recupere su competitividad en el próximo Gran Premio de Austin, programado para disputarse en tres semanas.