Han pasado ya 10 años desde el inicio de la reforma electoral de 2014. Este primero de octubre se cierra un ciclo con la conclusión definitiva de dos periodos de consejeros electorales en San Luis Potosí: el primero de 7 años y el segundo, por el mismo periodo, que sustituyó a los consejeros de 3 años. Este ciclo ha traído consigo importantes retos que las autoridades electorales aún no han resuelto, en especial el acceso ciudadano planteado por la reforma, que hoy sigue siendo un obstáculo para la verdadera participación de la ciudadanía en estos temas.
El objetivo principal de la reforma era dotar a los consejos electorales locales de un carácter ciudadano, eliminando la capacidad de los congresos locales y los titulares del ejecutivo para imponer perfiles afines. No obstante, este proceso ha alejado el interés ciudadano de estos puestos bajo el pretexto de la profesionalización. Se pretendió profesionalizar tanto el proceso que solo unos pocos ciudadanos han participado, pero el proceso dista mucho de ser genuinamente ciudadano.
Es suficiente con revisar la lista de aspirantes que cada tres años compiten por un lugar en el Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (CEEPAC). Los concursantes suelen ser trabajadores, docentes, abogados e incluso expolíticos o representantes de partido, quienes buscan obtener un espacio de 7 años en el organismo electoral. En estos 10 años, solo un ciudadano ajeno al ámbito electoral ha logrado integrarse, aunque terminó renunciando de manera anticipada.
Este primero de octubre se despiden Marco Iván Vargas Cuéllar, Zelandia Bórquez Estrada y Adán Nieto Flores, consejeros electorales que serán recordados más por su intención de saltar a otros espacios que por su trabajo en materia electoral. Durante su gestión, el CEEPAC estuvo más envuelto en controversias mediáticas que en acciones que fomentaran la participación ciudadana. Fue una administración caracterizada por los excesos y con pocos logros. Presupuestalmente, será recordada como la gestión que solicitó muchos recursos pero ofreció pocos resultados. Jurídicamente, recibió dos reveses con la Ley Electoral, tanto en 2020 como en 2023. El supuesto profesionalismo no fue suficiente para enfrentar la inaplicación de la ley electoral. Además, no se puede pasar por alto la falta de promoción y explicación sobre la municipalización de Villa de Pozos.
Otro caso que quedará en el anecdotario es la disputa mediática protagonizada por el CEEPAC respecto a la asignación presupuestal, que terminó solicitando grandes cantidades de recursos, muchos de los cuales no fueron ejercidos, logrando finalmente un ahorro significativo en el proceso electoral. Asimismo, está el controversial registro de candidatos que se presentan como mujeres, uno de los cuales tomará protesta debido a interpretaciones que, sin duda, serán objeto de análisis por parte de la próxima integración electoral. Esta integración, que se perfila como una de las más grises, será nuevamente liderada por el personal del consejo, lo que refuerza la burocratización de una institución cada vez menos ciudadana.
Han quedado en el pasado los activistas, defensores de derechos humanos e incluso personas con una trayectoria destacada en el ámbito político-electoral. La falta de espacios para ciudadanos ha generado desinterés, cuestionamientos y rezago. A 32 años de la creación del que orgullosamente se ostenta como el primer organismo electoral ciudadano, es necesario retomar sus orígenes genuinamente ciudadanos, lejos de los intereses políticos que buscan escalar posiciones.
Con esta renovación, la esperanza es que los próximos consejeros electorales, no solo en San Luis Potosí, recuperen ese ideal ciudadano. Tienen una oportunidad importante con la próxima revisión de la ley electoral, donde deberán incluir figuras como el plebiscito, el presupuesto participativo y reglas sobre la sobrerrepresentación, así como la votación de jueces y magistrados locales. Esperamos que, con estas reformas, los ciudadanos puedan recuperar el protagonismo que se ha perdido en un instituto cuyo futuro es cada vez más incierto.