Por Redacción Contra Réplica

El complejo sistema electoral de Estados Unidos

A pesar de obtener la mayoría de los votos, un candidato en Estados Unidos puede perder las elecciones presidenciales debido al sistema del Colegio Electoral, un mecanismo único que decide al verdadero vencedor.

El sistema electoral de Estados Unidos es reconocido por su complejidad y singularidad, especialmente en el proceso para elegir a su presidente. Aunque la mayoría de los ciudadanos voten por un candidato, este no necesariamente ganará la presidencia. El verdadero poder para decidir al ganador recae en un grupo de 538 representantes conocidos como el Colegio Electoral.

Este sistema, diseñado en 1787 como un equilibrio entre el voto popular directo y la elección por parte del Congreso, ha sido objeto de críticas durante décadas. En vez de que el presidente sea elegido por los más de 200 millones de votantes registrados, será este selecto grupo de electores quienes determinen el resultado final.

Cada estado de la Unión tiene asignado un número de electores proporcional a su población. Así, los estados más poblados como California, con 55 representantes, tienen más peso en la elección que estados pequeños como Wyoming, que cuenta con solo tres electores. El candidato que logre sumar 270 votos electorales o más será declarado vencedor, independientemente de que su rival haya obtenido más votos populares.

Este modelo de “el vencedor se lo lleva todo” genera controversia, ya que los resultados no siempre reflejan la voluntad mayoritaria del electorado. Un ejemplo reciente ocurrió en las elecciones presidenciales de 2016, cuando Donald Trump ganó con 304 votos del Colegio Electoral, aunque Hillary Clinton obtuvo cerca de tres millones más de votos populares.

El origen de este sistema se remonta a los padres fundadores, quienes vieron en el Colegio Electoral un término medio entre una elección directa por el pueblo y una decisión exclusiva del Congreso. Sin embargo, su existencia sigue siendo motivo de debate. A lo largo de los años, ha habido cientos de propuestas para enmendar la Constitución y abolir o modificar el Colegio Electoral, pero ninguna ha prosperado. Para lograrlo, se necesitaría el apoyo de dos tercios del Congreso, algo que hasta ahora parece improbable.

Aunque impopular entre una parte de la ciudadanía, el Colegio Electoral sigue siendo una pieza fundamental del proceso electoral en Estados Unidos, marcando una de las particularidades más notables de su democracia.

Con información de El Sol de México.