En un discurso que generó controversia, Trump calificó a Cheney de “halcón de guerra radical” y sugirió la idea de “ponerla allí de pie con un rifle y nueve cañones disparándole”. Asimismo, se refirió a ella como “muy tonta”, “estúpida” e “idiota”. Ante estas declaraciones, Cheney respondió en redes sociales, describiendo a Trump como un “tirano” y advirtiendo que “no podemos confiar nuestro país y nuestra libertad a un hombre pequeño, vengativo e inestable que quiere ser un dictador”.
La campaña de Trump aclaró que el comentario hacía referencia a figuras políticas que promueven guerras, enviando a otros al combate mientras evitan involucrarse personalmente. Por su parte, Cheney ha expresado su apoyo a la vicepresidenta Kamala Harris, a quien considera una defensora de la Constitución. Harris, al ser cuestionada sobre la posibilidad de incluir a Cheney en su gabinete, pidió cautela sobre el tema.
Este intercambio subraya las tensiones dentro de la contienda presidencial, donde el respaldo de Cheney a Harris resalta la profunda división entre republicanos. La retórica de Trump, considerada por algunos como incitante, marca una fuerte diferencia respecto a la postura de Cheney, quien advierte sobre los riesgos de una presidencia “dictatorial”.
Con información de López-Dóriga Digital.