Por Redacción Contra Réplica

La biblioteca oculta de Marilyn Monroe: el lado intelectual de la “rubia tonta” de Hollywood

Lejos de la imagen frívola, la actriz poseía una colección de más de 400 libros que reflejaban su curiosidad y profundidad intelectual.

Marilyn Monroe fue, para el mundo, la encarnación de la “rubia tonta” en Hollywood, una imagen cuidadosamente construida que ocultaba una faceta mucho más compleja. Con su sonrisa magnética y carisma inigualable, Monroe dominaba la pantalla, pero al costo de ser reducida a un estereotipo superficial. Sin embargo, lo que muchos desconocían es que, bajo esa apariencia de glamour, la actriz era una mente profundamente curiosa, una lectora apasionada que exploraba temas de filosofía, literatura clásica y psicología. Este aspecto de su vida se mantuvo en gran parte oculto hasta después de su muerte, cuando su colección personal de más de 400 libros reveló su lado intelectual y su deseo de comprender el mundo que la rodeaba.

La revista británica Far Out destaca cómo Monroe utilizó su carisma y su imagen pública para jugar con las expectativas de la industria, logrando manipular el estereotipo con una ironía sutil que pocos llegaron a comprender. Su biblioteca personal, subastada por la casa Christie’s años después de su muerte, incluía títulos tan diversos como El gran Gatsby, de F. Scott Fitzgerald, Ulises, de James Joyce, y obras de filósofos como Sigmund Freud y Albert Camus, textos que pocos relacionarían con el personaje que interpretaba en la pantalla. Lejos de ser una simple afición, su pasión por la lectura representaba un refugio y una reafirmación de su identidad.

A lo largo de su vida, Monroe mantuvo una personalidad reservada, plasmando sus pensamientos más íntimos en sus diarios y encontrando consuelo en los libros que coleccionaba. Su biblioteca, que incluía autores como Mark Twain, Ernest Hemingway y D.H. Lawrence, es un reflejo de una mujer que buscaba en la lectura una vía de escape y una forma de autoconocimiento. Incluso en los momentos de descanso en los sets de filmación, Monroe se retiraba a un rincón para sumergirse en la lectura, ajena al bullicio de su entorno y revelando su necesidad de conexión intelectual en un mundo que solo valoraba su apariencia.

Este aspecto oculto de su vida no solo desmiente el estereotipo que Hollywood impuso sobre ella, sino que deja ver una mujer profunda y reflexiva, apasionada por el conocimiento. Marilyn Monroe, a través de sus lecturas, desafió silenciosamente el rol de “bomba rubia” que se le asignó, mostrando que su verdadero legado abarca mucho más que su imagen: una mente inquisitiva que encontraba en los libros su refugio y su fuerza.

Con información de Infobae.