Los primeros centros de votación en Estados Unidos abrieron sus puertas este martes a las 05:00 a.m. hora local en Vermont, marcando el inicio de una jornada decisiva en la que el país elegirá entre la actual vicepresidenta demócrata Kamala Harris y el expresidente republicano Donald Trump. Los ciudadanos de Vermont fueron los primeros en votar, y en los próximos minutos y horas, más estados abrirán sus urnas en una elección que abarca seis husos horarios y sigue leyes estatales que definen horarios de apertura y cierre únicos para cada región.
A las 6:00 a.m., otros seis estados —Connecticut, Kentucky, Maine, Nueva Jersey, Nueva York y Virginia— permitieron el ingreso de los votantes, seguidos de Ohio, Virginia Occidental y Carolina del Norte, este último considerado un estado "bisagra" clave. Para las 7:00 a.m., la votación se extenderá a la mayoría del Distrito de Columbia y 17 estados más, incluidos algunos estratégicos como Pensilvania, Georgia y Michigan. A las 8:00 a.m., abrirán los centros en otros diez estados, incluyendo Texas, y los últimos serán California e Idaho, para luego continuar con Alaska y Hawái.
Las encuestas revelan una contienda especialmente ajustada, con Harris liderando con una ligera ventaja del 48% sobre el 46.8% de Trump, según el promedio del sitio de análisis electoral FiveThirtyEight. Sin embargo, la elección presidencial en Estados Unidos no se decide por voto popular, sino a través del Colegio Electoral, donde Harris o Trump necesitan al menos 270 de los 538 votos electorales para ganar. Los estados "bisagra", como Georgia, Carolina del Norte, Michigan, Wisconsin, Pensilvania, Arizona y Nevada, serán decisivos y mantienen una competencia cerrada, según los últimos sondeos.
Esta jornada electoral convoca a 244 millones de estadounidenses a las urnas, de los cuales 80 millones ya votaron de manera anticipada, tanto en persona como por correo, según datos de la Universidad de Florida. Además de la presidencia, hoy se elegirán a los 435 representantes de la Cámara de Representantes y a un tercio del Senado. También están en juego diversos cargos locales, entre ellos varios gobernadores y alcaldes, así como iniciativas ciudadanas en temas como el derecho al aborto, que se votará en diez estados con propuestas para proteger o restringir este derecho.
Con una participación anticipada sin precedentes y las expectativas al alza, Estados Unidos se embarca en una de las elecciones más observadas y reñidas de su historia reciente.