Este miércoles, el peso mexicano abrió la jornada con una fuerte depreciación frente al dólar, alcanzando un valor de 20.64 pesos por dólar, lo que representa una caída de 42 centavos (2.6%) respecto al día anterior. Esta es la mayor pérdida observada en la moneda nacional desde marzo de 2022, un reflejo de la alta volatilidad que generó el resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
La moneda mexicana ha mostrado una especial sensibilidad a los eventos políticos en su principal socio comercial, especialmente durante las elecciones en Estados Unidos, donde el nerviosismo en los mercados fue palpable. La causa principal de esta caída en el peso está relacionada con la victoria de Donald Trump, quien se proclamó ganador de los comicios, y las preocupaciones sobre su posible regreso a la Casa Blanca.
Gabriela Siller, economista y directora de Análisis Económico y Financiero en el Banco Base, explicó que la volatilidad del peso mexicano se debe a la expectativa de que Trump podría retomar su política de imponer aranceles a las importaciones de México, lo que afectaría directamente el comercio bilateral. "La reacción del mercado cambiario está directamente relacionada con el triunfo de Donald Trump y la posibilidad de que implemente medidas arancelarias a gran escala", afirmó Siller.
El expresidente estadounidense, quien ocupó la Casa Blanca entre 2017 y 2021, ha prometido durante su campaña que, en caso de regresar al poder, impondría aranceles de hasta el 100% a las exportaciones mexicanas si el gobierno de México no controla la migración hacia EE. UU. Esta amenaza de tarifas arancelarias ha generado incertidumbre entre los inversores, quienes ven en ella un factor que podría afectar el comercio entre ambos países y, por lo tanto, la economía mexicana.
Desde el 2 de junio de 2024, fecha en la que Claudia Sheinbaum ganó las elecciones presidenciales en México, el peso mexicano ha perdido más del 20% de su valor frente al dólar. Este declive es parte de un contexto económico que sigue siendo incierto, marcado por las elecciones en ambos países y la fluctuación en los mercados internacionales.
La caída del peso refleja una vez más la vulnerabilidad de la economía mexicana ante las decisiones políticas en su vecino del norte. Con la amenaza de políticas económicas proteccionistas por parte de Trump, la moneda mexicana sigue siendo un indicador sensible a las dinámicas políticas y económicas en Estados Unidos.
Este panorama ha generado preocupación entre los analistas y expertos en finanzas, quienes advierten que la incertidumbre podría continuar en los próximos meses, dependiendo de las medidas que el nuevo presidente de EE. UU. decida tomar en relación con México. Por ahora, el peso mexicano sigue siendo uno de los activos más afectados por los resultados de las elecciones estadounidenses.