Cerca de 40 mil personas han respaldado una petición para evitar la tala de un majestuoso abeto de 30 metros, conocido como el "Gigante Verde", que ha sido seleccionado como el árbol de Navidad para la Plaza de San Pedro en el Vaticano. Este ejemplar, que ha resistido siglos en el Valle de Ledro, en Trentino, Italia, es el último abeto en ser ofrecido al papa Francisco, como es tradición navideña de las comunidades alpinas italianas. Sin embargo, la iniciativa ha generado una fuerte oposición local.

En un esfuerzo por preservar el árbol, habitantes de Ledro se dirigieron al pontífice solicitando que bloquee la tala de este “monumento natural”. Además de la petición en Change.org, un abogado ha presentado una demanda para detener el proceso, argumentando que el “Gigante Verde” ha sido un símbolo de resistencia, brindando refugio y sombra en su entorno alpino a lo largo de sus 200 años.

La propuesta de los habitantes va más allá de salvar un solo árbol: sugieren al Vaticano la creación de un árbol navideño permanente y artístico, elaborado con madera de árboles caídos por fenómenos climáticos. Este gesto, afirman, enviaría un poderoso mensaje de compromiso con el medio ambiente, una causa respaldada por el papa Francisco en su encíclica *Laudato Si'*, que llama a la responsabilidad ecológica y al respeto por la naturaleza.

Este episodio recuerda una situación similar en 2022, cuando el juez ambientalista Dario Rapino logró bloquear la tala de un abeto ultracentenario también destinado al Vaticano. La presión llevó al alcalde de Rosello a optar por un árbol cultivado en un vivero regional, una alternativa que evitó la afectación de la biodiversidad local.

Mientras continúa la discusión sobre el “Gigante Verde”, esta movilización evidencia la creciente sensibilización ambiental de las comunidades alpinas y el deseo de promover prácticas más sostenibles en celebraciones tradicionales.