Elon Musk, dueño de X y Tesla, fue nombrado como el próximo director del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés), una dependencia de nueva creación en el gabinete de Donald Trump. El anuncio, que alude al famoso meme de 2013, ha generado tanto expectativas como polémicas sobre el rumbo de la administración federal en Estados Unidos.

Este departamento, según Trump, tendrá como misión principal desmantelar la burocracia, reducir regulaciones innecesarias y optimizar el uso de recursos en las agencias gubernamentales. Musk trabajará junto a Vivek Ramaswamy, empresario y político conocido por su visión crítica hacia los excesos del aparato federal.

La agenda conjunta incluye recortes significativos en el presupuesto federal y la posible reducción de personal en diversas áreas de la administración. Sin embargo, las críticas no se han hecho esperar, ya que la estricta cultura laboral que Musk ha implementado en sus empresas despierta dudas sobre su compatibilidad con el servicio público.

Además, la relación del empresario con el futuro gobierno no ha pasado desapercibida. Las empresas de Musk, particularmente Tesla y SpaceX, mantienen contratos importantes con el gobierno de Estados Unidos, lo que plantea preguntas sobre posibles conflictos de interés en su nuevo rol.

A pesar de estas controversias, Trump y Musk aseguran que este movimiento representa un paso hacia una "eficiencia gubernamental sin precedentes". Las primeras medidas del DOGE serán clave para evaluar si el plan revolucionario logra el impacto prometido o se convierte en un desafío mayor para la administración federal.