El excantante de One Direction murió el pasado 16 de octubre tras caer desde el tercer piso de un hotel en Buenos Aires, donde se encontraba tras asistir al concierto de su amigo Niall Horan. Las autoridades argentinas confirmaron la presencia de alcohol, cocaína y un antidepresivo en su organismo, lo que habría contribuido a su estado de vulnerabilidad. Actualmente, tres personas enfrentan cargos preliminares por "abandono de persona seguido de muerte" y "suministro de estupefacientes".

El funeral, organizado por sus padres Karen y Geoff Payne, se celebró en los Home Counties, una región cercana a Londres. Aunque los detalles del lugar exacto se mantuvieron privados, la ceremonia reunió a familiares cercanos, incluidas sus hermanas Nicola y Ruth, y a sus excompañeros de banda: Harry Styles, Louis Tomlinson, Zayn Malik y Niall Horan.

En un comunicado conjunto, los miembros de One Direction expresaron su pesar por la pérdida: "Nos tomaremos un tiempo para llorar y procesar la pérdida de nuestro hermano, a quien queríamos profundamente. Las memorias que compartimos con él las atesoraremos por siempre. Lo extrañaremos terriblemente".

La tragedia ha dejado a su entorno enfrentando un profundo duelo, mientras las investigaciones continúan arrojando luz sobre las circunstancias de su muerte. Geoff Payne fue el encargado de viajar a Buenos Aires para gestionar los trámites de repatriación, un proceso complejo que duró casi tres semanas.

El servicio funerario fue un homenaje al joven de Wolverhampton que conquistó el mundo con su música, pero cuya vida estuvo marcada por luchas personales. Su familia, amigos y fans de todo el mundo lo recordarán como una superestrella y un ser querido cuyo legado perdurará.

Con información de Infobae.