El texto, denominado “Proposición de Ley de fin de vida para adultos con enfermedades terminales”, avanzará ahora a la Cámara de los Lores para un escrutinio más detallado, con posibilidad de enmiendas antes de una votación final que podría tardar meses. Durante el debate parlamentario, los diputados debatieron intensamente desde las 9:30 GMT hasta cerca de las 14:30 GMT, y los partidos otorgaron libertad de voto debido a la naturaleza ética y de conciencia del tema.
Por primera vez, el primer ministro Keir Starmer expresó su apoyo a la iniciativa, marcando un cambio en su postura previamente neutral.
La proposición establece requisitos estrictos para quienes deseen acogerse a esta medida:
- Ser mayores de 18 años y residentes en Inglaterra o Gales.
- Contar con un diagnóstico de enfermedad terminal con una expectativa de vida menor a seis meses.
- Haber estado registrados con un médico de cabecera durante al menos 12 meses.
- Manifestar un deseo claro, firme, informado y libre de coerción para tomar la decisión.
Además, el procedimiento incluye dos declaraciones firmadas con testigos, una evaluación por parte de dos médicos y una autorización judicial. Aunque los médicos podrán preparar el compuesto letal, será exclusivamente el paciente quien lo administre, según lo dispuesto por la ley.
El debate generó un amplio espectro de opiniones dentro y fuera del Parlamento. A las afueras, organizaciones de personas con discapacidades y otros colectivos se manifestaron tanto a favor como en contra de la propuesta, reflejando la complejidad y sensibilidad del tema.
La iniciativa busca garantizar dignidad y autonomía a los pacientes terminales, al tiempo que establece penas de hasta 14 años para quienes presionen o coaccionen a alguien a optar por esta decisión. De aprobarse definitivamente, Inglaterra y Gales se sumarían a una lista creciente de regiones que permiten el suicidio asistido bajo marcos legales estrictos.
Con información de Infobae.