La Armada de Filipinas informó haber detectado la presencia de un submarino ruso de clase Kilo el pasado 28 de noviembre en su Zona Económica Exclusiva (ZEE), cerca de Mindoro Occidental. Este incidente fue catalogado como "muy preocupante" por el presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., quien dejó en manos de las Fuerzas Armadas el seguimiento del caso.
El submarino, diseñado en la década de 1970, fue identificado tras el despliegue de un buque y un avión de la Armada filipina. Según las autoridades, la tripulación del submarino confirmó su identidad y explicó que aguardaba mejores condiciones climáticas para continuar hacia Vladivostok, Rusia. Las fuerzas filipinas escoltaron al submarino para garantizar que cumpliera las normativas marítimas internacionales.
Este avistamiento ocurre en un contexto de creciente tensión en el mar de China Meridional, donde Filipinas y China mantienen disputas por reclamos territoriales. Manila acusa a Beijing de obstaculizar misiones militares en aguas que considera suyas, mientras que China insiste en que esas zonas pertenecen a su territorio.
Además, el fortalecimiento de los lazos militares entre Rusia y China, reflejado en maniobras conjuntas realizadas en la región en 2023, ha generado preocupación en Occidente. Filipinas, como aliada estratégica de Estados Unidos, se encuentra en una posición compleja ante estas dinámicas.
Las Fuerzas Armadas filipinas reiteraron su compromiso de proteger la soberanía marítima del país, subrayando que sus operaciones se ajustan a las leyes internacionales. Este incidente pone de manifiesto los desafíos de seguridad en la región y la importancia de garantizar la paz y cooperación en una zona clave para el comercio global.
El suceso también evidencia las implicaciones de la creciente militarización en el mar de China Meridional, donde intereses de diversas potencias chocan, convirtiendo estas aguas en un foco de inestabilidad global.
Con información de Infobae.