Durante mucho tiempo uno de los dones y habilidades más codiciadas por aquellos que planean convertirse en los más sabios importantes e incluso líderes del mundo ha sido el poder de la adivinación que sumado al poder político podría representar uno de los grandes deseos de todos nosotros, imagine usted predecir el futuro tener certeza de lo que está por venir, sin embargo esto no es posible por la propia naturaleza que nos rige.
Pero a que vamos con todo este deseo de atribuirnos un súper poder que no es posible tener, a que así sin más este lunes como si se tratara de un mero trámite burocrático de los que ya tenemos muchos, el Instituto Nacional Electoral INE dio inicio formal a lo que será la elección de diversos cargos que integran el poder judicial en donde se elegirán a 881 cargos una cantidad que podríamos decir es poco menos de un tercio de la cantidad total de municipios del país, en donde los partidos políticos no tienen cabida y el tema electoral no podrá ser cuestionado en la mesa de las 32 vocalias electorales que vendrán a hacerla de un árbitro que no sabe nada.
Resalta saber estos datos un árbitro que no sabe nada, ¿como es esto posible? Bajo la primicia de que el árbitro es quien debe regular el juego resulta indispensable por lo menos saber ¿a qué se va a jugar? ¿como se va a jugar? y sobre todo ¿qué pasa si se rompen las reglas?, pero de eso no hay certeza si acaso hay dudas dudas y más dudas algo preocupante para todos, él no saber estos datos implica un grave riesgo pero resulta que ya empezó el juego y el que avisa no es traidor, se van a jugar el cargo sin reglas claras.
Al preguntarle varios periodistas al delegado del INE en San Luis Potosí sobre cartografía, casillas, presupuesto, personal y todo lo relacionado a la elección extraordinaria resultó que no hay certezas más que el día de la elección que es el primer domingo de junio y es que la premura de hacer los procedimientos ha ocasionado la falta de certeza, y es que hacer una elección no es cosa de poner las casillas y vamos a votar como algunos quisieran hacerlo ver es un proceso de más de un año en donde la certezas otorgan tranquilidad y parece ser que reina la intranquilidad en este entorno algo que para la democracia no es sano.
Aunado a esto ya se están delimitando en un bosquejo los temas relacionados con la fiscalización es decir el monto del dinero que podrán gastar aquellos que pretendan hacerse notar en la ciudadanía para que les sea otorgada la confianza de la ciudadanía teniendo como presupuesto cero pesos con cero centavos es decir nada de dinero, pero con un pequeño pequeño problema, que nadie los conoce, que nadie sabe quiénes son y que no tienen una estructura partidista en la cual sostener sus candidaturas, pero eso si cada peso cada centavo que intuya el INE que pudiera gastar el aspirante será contado y podría representar una sanción por gastos de campaña realizados o presuntamente realizados por el aspirante.
Finalmente se añade un factor a este primer problema la ley electoral establece que no se puede recibir un monto mayor de recurso por concepto de financiamiento privado al público es decir no se puede gastar más de lo que se otorga entonces todo se va a contar pero no se puede usar vaya dilema cada quien a buscar la manera más ingeniosa de hacerse notar y en las redes sociales veremos un campo fértil para pasar a los jueces tik tokeros o de redes sociales a la espera de saber quién nos impartirá justicia y bajo qué criterios aunque eso si sin reglas claras de nada.
Ante el incierto futuro niños queda más que apegarnos a la esperanza de poder predecir lo que podría ser una elección de más dudas que aciertos al tiempo…