El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, defendió en un mensaje televisado su decisión de implementar la ley marcial el pasado 3 de diciembre y rechazó cualquier posibilidad de dimisión, incluso ante la amenaza de un juicio político.
En su discurso, Yoon aseguró que continuará luchando “hasta el final” para afrontar los desafíos políticos que enfrenta su gobierno. La medida, que generó controversias internas y críticas de distintos sectores, ha puesto al mandatario en el foco de tensión política, especialmente luego de que líderes de su partido gobernante plantearan la posibilidad de “suspender” su mandato.
Con un mensaje claro y firme, el presidente enfatizó que su prioridad es enfrentar los retos del gobierno y mantenerse en el poder para proteger la estabilidad y el progreso del país. “Lucharé hasta el final”, afirmó enérgicamente al cierre de su discurso, dejando claro su postura frente a las crecientes demandas y el escenario de incertidumbre que se vive en Corea del Sur.
La ley marcial impuesta por el gobierno busca controlar la situación en medio de la crisis política, con la intención de garantizar el orden y la gobernabilidad en el país. Sin embargo, su aplicación ha sido cuestionada debido a los impactos económicos y sociales que podría traer, sumados a la falta de consenso político.
Yoon Suk-yeol enfrenta, así, una compleja batalla política mientras intenta fortalecer su posición frente a los sectores opositores. Con este discurso, el mandatario busca enviar un mensaje de determinación a sus críticos y aliados, insistiendo en que no abandonará sus funciones. La situación en Corea del Sur continuará bajo un monitoreo constante, a medida que se intensifican los debates en torno a su futuro político.