Por Redacción Contra Réplica

Ontario analiza prohibir alcohol estadounidense y restringir exportaciones de energía por amenaza arancelaria de Trump

La provincia canadiense busca defender su economía ante la posible imposición de un arancel del 25% por parte del presidente electo de Estados Unidos.

El gobierno de Ontario, la provincia más poblada de Canadá, está considerando medidas drásticas en respuesta a las amenazas del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer un arancel del 25% a los productos canadienses. Entre las acciones en análisis se encuentran la prohibición de alcohol producido en Estados Unidos y restricciones a las exportaciones de electricidad a Michigan, Nueva York y Minnesota, según informó un alto funcionario del gobierno del primer ministro Doug Ford.

Ford confirmó que Ontario está evaluando limitar el suministro de energía a los estados mencionados, que actualmente dependen significativamente de las exportaciones canadienses. "Es un último recurso", declaró el mandatario provincial, quien advirtió que esta medida haría que la electricidad fuera inaccesible para los consumidores estadounidenses.

El comercio bilateral entre Canadá y Estados Unidos incluye cerca de 3.600 millones de dólares canadienses en bienes y servicios que cruzan la frontera diariamente. Además, Canadá suministra el 85% de las importaciones estadounidenses de electricidad y cerca del 60% de su crudo, lo que resalta la importancia de estas relaciones económicas.

Por su parte, Danielle Smith, primera ministra de Alberta, descartó reducir las exportaciones de petróleo, destacando que el enfoque de su gobierno será diplomático. Alberta es el principal proveedor de crudo a Estados Unidos, exportando casi 4,5 millones de barriles diarios. Smith enfatizó que cualquier arancel a este recurso incrementaría significativamente los precios de la gasolina en territorio estadounidense.

En medio de las tensiones, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, calificó los posibles aranceles como "absolutamente devastadores" para ambas economías. Durante una reciente reunión con Trump en Mar-a-Lago, Trudeau y otros funcionarios discutieron planes para reforzar la seguridad fronteriza, incluyendo más agentes y tecnología avanzada, con el objetivo de reducir la inmigración ilegal y el tráfico de drogas, problemas que han sido señalados por la administración entrante.

Mientras las autoridades canadienses buscan evitar una guerra comercial, líderes como el primer ministro de Quebec, Françoise Legault, y el de Terranova, Andrew Furey, han mostrado preocupación por el impacto de las posibles medidas. Furey señaló que, aunque espera que las declaraciones de Trump sean solo una estrategia de negociación, Canadá se prepara para enfrentar cualquier escenario adverso.

La relación comercial entre Canadá y Estados Unidos, marcada por un fuerte intercambio energético y comercial, enfrenta uno de sus mayores desafíos ante la retórica proteccionista de la administración Trump. Las próximas semanas serán decisivas para determinar si las tensiones escalan hacia una confrontación económica de mayor magnitud.

Con información de Proceso.