Miren, no puedo evitar sentirme mal por el pateador de los Cuervos de Baltimore, Justin Tucker. Aunque no puedo decir que los goles de campo y puntos extra que ha fallado son consecuencias directas de las derrotas del equipo, pero sí es un factor importante que juega en contra de la moral del equipo, de los aficionados y de sí mismo.
Tucker era conocido como “Mister Automático” por ser uno de los pateadores más efectivos de la NFL. Tiene el récord de la mayor cantidad de goles de campo de más de 60 yardas y ostenta el gol de campo de mayor distancia en la historia de la liga (66 yardas… casi 50 metros de largo en la patada y 5 metros de elevación). Prácticamente estaba garantizado a ser reconocido como uno de los mejores pateadores de su época y de la era moderna del juego.
Hoy día, Tucker ha completado menos del 70% de sus intentos a los postes. Es no solo su peor marca personal a lo largo de su carrera, también es la peor en la liga en esta temporada. Lo cual, debe significar un golpe durísimo para un pateador tan acostumbrado a hacer las cosas de manera tan constante para hacerle honor a su apodo.
Recordemos que este deporte no solo representa una derrota. Representa también amenazas de muerte de parte de fanáticos obsesionados con sus ligas de Fantasy o sus Parlays; representa innecesarias pláticas con los administrativos y los coaches, cansancio físico y emocional para el jugador, que invariablemente envuelve a las personas cercanas a este.
Desconozco el estado personal de Justin Tucker, pero es raro verlo fallar así. La edad y las lesiones no deberían ser un factor a considerar pues no es tan veterano y tampoco es como que haya enfrentado tantos procedimientos quirúrgicos. Tal vez hay algo en los expedientes que no nos están contando, o tal vez el mismo Tucker teme salir a mencionar algo porque puede violar alguna clausula de su contrato y, como ya hemos mencionado, es una de las causas que presionan a los jugadores a salir al campo.
Sea como sea, Tucker ya no es “Mister Automático”. Ha dejado de ser un arma secreta para convertirse en una causalidad de las derrotas y de que su equipo comience a tambalearse en la búsqueda de un lugar para los playoffs. Los Acereros de Pittsburgh tienen el control de la AFC Norte y, aunque llegasen como comodín a las rondas finales, sería una lástima que una vez más los Cuervos de Baltimore se quedaran cortos a causa de la única posición com la que no habían tenido problema en todos estos años.