El Zoológico de Culiacán se encuentra en medio de un creciente misterio luego de que se reportara la desaparición de una jirafa de cuatro metros de altura, sin que hasta el momento se haya esclarecido su paradero. La noticia ha generado alarma en la comunidad local y en los visitantes frecuentes del recinto, quienes exigen respuestas sobre cómo pudo haberse escapado o, en el peor de los casos, si fue víctima de un robo. A pesar de la preocupación generalizada, las autoridades del zoológico no han ofrecido una explicación definitiva.

José María Casanova Rodríguez, el nuevo director del zoológico, asumió el cargo el 7 de diciembre y ha sido la figura encargada de abordar el incidente, aunque, hasta el momento, su administración no ha logrado esclarecer si la jirafa fue robada, murió o fue trasladada a otro zoológico. El caso ha puesto en tela de juicio las condiciones de seguridad y el manejo de los animales en el lugar, provocando inquietud entre los ciudadanos y especialistas en fauna que piden explicaciones sobre lo sucedido.

A lo largo de la semana, diversos medios locales han cubierto la situación, reflejando el creciente malestar de los habitantes de Culiacán, quienes temen que el bienestar de los animales en el zoológico no esté siendo adecuadamente garantizado. Mientras tanto, las autoridades locales aseguran que se encuentran en plena investigación, aunque no se han dado detalles sobre posibles avances en el caso.

Los expertos en fauna también han expresado su preocupación por la desaparición del animal, que podría implicar una violación de las normas de cuidado y manejo de especies en cautiverio. Aseguran que la desaparición de una jirafa de tal tamaño es un hecho inusual que, si no se resuelve pronto, podría poner en duda la transparencia y responsabilidad del zoológico. Por ahora, la comunidad sigue a la espera de un pronunciamiento oficial y claro sobre el paradero de la jirafa.

El zoológico, que hasta hace poco era considerado un lugar clave para la educación y preservación de la fauna, enfrenta una creciente presión para restablecer la confianza del público en sus operaciones. Con la desaparición de la jirafa sin explicación, las autoridades tienen la tarea de responder a la comunidad, esclarecer los hechos y garantizar que no se repitan situaciones similares que pongan en riesgo el bienestar de los animales bajo su cuidado.