El peligroso viaje que enfrentan las mujeres y niñas desplazadas por la violencia de género en sus países de origen se intensifica cuando cruzan México, según un alarmante informe de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR). La violencia sexual, la trata de personas y otras violaciones graves de derechos humanos son algunos de los riesgos más comunes que enfrentan estas mujeres al transitar por un país marcado por la presencia del crimen organizado.
Daniel McGuire, oficial senior de Protección de ACNUR, subrayó que la violencia de género no solo es la causa principal de desplazamiento, sino que se agrava aún más durante el trayecto. “La violencia es una constante, que va desde el secuestro extorsivo hasta uniones forzadas. Las mujeres que ya han sido víctimas de violencia en sus países de origen terminan viviendo situaciones aún más extremas”, explicó McGuire.
El informe, titulado Afrontando riesgos de violencia de género en México: la perspectiva de personas forzadas a huir, revela que el número de mujeres que viajan con sus agresores ha aumentado, al igual que el de mujeres jóvenes que se ven obligadas a emprender el camino solas. La hipersexualización de mujeres provenientes de países como Colombia, Cuba, Venezuela y Haití, así como de mujeres trans, está contribuyendo a un clima de violencia aún más grave.
Verónica Martínez, consultora y autora del informe, detalló que la investigación se realizó mediante un enfoque cualitativo que priorizó el principio de “acción sin daño”, garantizando que las entrevistas no revictimizaran a las personas afectadas. El estudio se basó en 42 entrevistas a migrantes y nueve relatos en profundidad, además de las experiencias compartidas por el personal de ACNUR.
“Las historias que recogimos son desgarradoras. Mujeres que han sido violadas, maltratadas y que enfrentan riesgos constantes que afectan su salud, dignidad y seguridad. La mayoría de ellas no denuncian, pues temen más represalias”, señaló Martínez. La consultora alertó sobre el alarmante aumento de violencia sexual: un 40% de las mujeres migrantes que transitan por el Darién, en Panamá, han sido víctimas de violencia, cifra que aumenta a un 70% cuando se les aplica el procedimiento de refugio en México.
A pesar de los graves riesgos, Martínez indicó que para muchas de estas mujeres, el verdadero comienzo de su viaje de sanación ocurre cuando logran romper el silencio sobre la violencia que han vivido. “El proceso de refugio es una forma de protección que puede disminuir los riesgos, sobre todo cuando han experimentado violencia sexual comparable a la tortura”, agregó.
Los testimonios del informe pintan un cuadro sombrío, como el de una mujer que relató: “Jamás pensé que lo peor que viviría sería en México. Me ofrecieron trabajo en cantinas, casi me obligaron a prostituirme... me dijeron que todas las mujeres migrantes tenían que pasar por eso”.
El informe fue presentado durante los 16 días de activismo contra la violencia de género, con el objetivo de sensibilizar sobre los riesgos y desafíos que enfrentan las mujeres migrantes en su lucha por la supervivencia. Mientras la migración sigue siendo un fenómeno complejo, la situación de las mujeres y niñas desplazadas resalta la urgente necesidad de crear políticas de protección efectivas y de brindarles una salida digna y segura.