El ayuno intermitente ha ganado popularidad como un método efectivo para perder peso y mejorar la salud en general. Este enfoque, que consiste en alternar periodos de alimentación con momentos de ayuno, se perfila como una opción saludable para quienes buscan cumplir sus objetivos de bienestar en 2025.
Entre las variantes más conocidas del ayuno intermitente están el método 16/8, que implica ayunar durante 16 horas y consumir alimentos en una ventana de 8 horas, y el ayuno en días alternos, en el que se restringe la ingesta calórica ciertos días de la semana. Estas técnicas no solo facilitan la pérdida de peso, sino que también pueden mejorar la sensibilidad a la insulina, reducir los niveles de inflamación y promover la salud cardiovascular, según estudios científicos recientes.
Además, expertos en nutrición destacan que el ayuno intermitente permite establecer una relación más consciente con los alimentos. “El enfoque no solo ayuda a controlar las calorías, sino que también promueve hábitos alimenticios más saludables al eliminar las comidas nocturnas o el consumo excesivo de snacks”, asegura la nutricionista Mariana Gómez.
Sin embargo, esta práctica no es adecuada para todas las personas. Aquellos con problemas de salud específicos, como diabetes, trastornos alimenticios o embarazadas, deben consultar a un médico antes de iniciar este tipo de régimen. La clave del éxito radica en personalizar el enfoque, combinándolo con una dieta equilibrada y ejercicio regular para garantizar resultados duraderos.
En un año donde las resoluciones de Año Nuevo suelen centrarse en la salud, el ayuno intermitente se presenta como una herramienta práctica y flexible para alcanzar metas de peso y bienestar general de manera sostenible.