Por Cindy Palencia

Fruta mexicana, la pitaya podría tener uso médico

Investigadores de la UAT analizan el potencial antioxidante de la cáscara de pitaya en la lucha contra el envejecimiento y enfermedades.

Un grupo de investigadores de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) está llevando a cabo una investigación sobre el poder antioxidante de la cáscara de la pitaya (Stenocereus huastecorum), un fruto producido por el cacto que lleva el mismo nombre. Este cacto tiene una amplia distribución en el territorio tamaulipeco y es parte integral de los sistemas agroalimentarios en las zonas rurales de la región.

Los resultados preliminares de la investigación indican que la cáscara de la pitaya contiene una mayor cantidad de fenoles solubles en comparación con la pulpa del fruto. Estos compuestos son fundamentales para combatir los radicales libres, moléculas dañinas que están asociadas con el envejecimiento prematuro y diversas enfermedades. El análisis de estos compuestos podría tener implicaciones significativas para el desarrollo de productos antioxidantes naturales, los cuales podrían ser utilizados en tratamientos preventivos contra diversas afecciones relacionadas con el estrés oxidativo.

Además, este hallazgo abre nuevas posibilidades para explorar el uso medicinal de la pitaya, especialmente en la formulación de suplementos alimenticios, cremas o tratamientos tópicos. Con la creciente demanda de productos naturales en el ámbito de la salud, la cáscara de pitaya podría convertirse en una alternativa viable y eficaz para quienes buscan opciones más naturales y accesibles.

Este avance se suma a otras investigaciones que buscan aprovechar los recursos locales de Tamaulipas, promoviendo su uso tanto en el ámbito de la salud como en el desarrollo económico de la región. La pitaya, tradicionalmente cultivada en las zonas rurales del estado, podría convertirse en un recurso valioso no solo para los productores locales, sino también para la comunidad científica, que sigue explorando las propiedades curativas de esta fruta.

El siguiente paso en la investigación será determinar la mejor manera de extraer los fenoles solubles de la cáscara de pitaya, así como explorar las posibles interacciones con otros compuestos naturales que podrían potenciar sus efectos antioxidantes y terapéuticos.