Donald Trump ha regresado a la presidencia de Estados Unidos con una serie de órdenes ejecutivas que buscan reformar radicalmente la política migratoria del país. Entre las medidas más polémicas se encuentra la restauración del programa “Permanecer en México”, que obliga a los solicitantes de asilo a esperar en territorio mexicano mientras se procesan sus casos en tribunales estadounidenses.

Este programa, implementado por primera vez durante su mandato anterior, ha sido fuertemente criticado por organizaciones de derechos humanos y el gobierno mexicano, quienes lo ven como una carga adicional sobre las ya tensas relaciones entre ambos países. Además, Trump firmó decretos que permiten la deportación masiva de migrantes indocumentados, priorizando a aquellos con antecedentes penales.

La administración Trump también ha anunciado el envío de soldados a la frontera sur de Estados Unidos para hacer frente a la inmigración ilegal y detener lo que califica como una “desastrosa invasión”. Asimismo, el gobierno designará a los carteles de la droga como organizaciones terroristas extranjeras, lo que le permitirá implementar medidas más severas para desmantelar las redes delictivas.

Entre otras medidas, Trump ha buscado limitar la ciudadanía por nacimiento para hijos de inmigrantes indocumentados, proponiendo reformas que restringirían ciertos beneficios de la 14.ª Enmienda, lo que añade otra capa de controversia a una política migratoria que promete ser uno de los puntos clave de su segundo mandato.