La política de deportación masiva impulsada por el presidente de EE. UU., Donald Trump, podría tener serias repercusiones económicas en el país, particularmente en sectores clave como la agricultura, la construcción y los servicios. Los inmigrantes indocumentados, que constituyen aproximadamente el 4.8% de la fuerza laboral de EE. UU., tienen un impacto crucial en estas áreas. Un informe del Departamento de Seguridad Nacional reportó que, para principios de 2022, había alrededor de 11 millones de inmigrantes indocumentados en el país. De acuerdo con el Consejo Estadounidense de Inmigración (AIC), estos trabajadores aportaron 96,700 millones de dólares en impuestos en 2022.
Los trabajadores indocumentados se concentran en sectores donde la mano de obra local no cubre la demanda, como la cosecha de alimentos, la construcción y servicios esenciales como restaurantes y hoteles. Si se implementan deportaciones masivas, los efectos serían devastadores. El Centro de Estudios de Migración y expertos coinciden en que el sector agrícola, por ejemplo, enfrentaría dificultades insuperables para mantener su producción sin estos trabajadores, lo que podría aumentar los precios de productos como frutas, verduras y carnes.
El economista Alejandro Gutiérrez, especialista en migración y empleos agrícolas, explica que la pérdida de estos trabajadores generaría un aumento en los costos operativos de las empresas, que, a su vez, sería trasladado a los consumidores. Además, el sistema de seguridad social se vería afectado, ya que, a pesar de ser indocumentados, los inmigrantes contribuyen significativamente a programas como Medicare y el Seguro Social, con más de 22,000 millones de dólares en aportes en 2022.
Por otro lado, los inmigrantes también juegan un papel clave en la creación de negocios, con alrededor de un millón de emprendedores indocumentados que aportan a la economía local. En resumen, una deportación masiva no solo afectaría los sectores más vulnerables, sino que también tendría un alto costo económico y social para EE. UU., un impacto que, hasta ahora, no ha sido plenamente discutido.
