El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden para indultar a cerca de 1,500 personas involucradas en el asalto al Capitolio ocurrido el 6 de enero de 2021, un acto violento que dejó profundas cicatrices en la democracia estadounidense. Los indultados, conocidos como “J6” por la fecha del ataque en inglés, han sido recibidos con muestras de apoyo por parte de simpatizantes y familiares.
A las puertas de las cárceles, grupos de seguidores de Trump, algunos provenientes de estados lejanos, realizaron vigilias para darles la bienvenida. Betty, una mujer de Míchigan que aprovechó su visita a la investidura presidencial para acudir a la prisión, expresó su admiración hacia ellos, calificándolos como "héroes" y comparándolos con rehenes liberados.
El asalto al Congreso, en el que una turba intentó detener la certificación de la victoria de Joe Biden, dejó un saldo trágico: cuatro muertos durante el ataque, cientos de heridos, incluyendo 140 policías, y secuelas posteriores que incluyeron la muerte de un agente debido a sus heridas y el suicidio de otros cuatro en los días siguientes.
La medida de indulto ha generado controversia a nivel nacional, reavivando el debate sobre la responsabilidad política y social en uno de los episodios más polarizantes de la historia reciente de Estados Unidos. Mientras los simpatizantes de Trump celebran el acto como un gesto de justicia hacia quienes consideran patriotas, críticos señalan que la decisión podría debilitar los cimientos de la legalidad y la democracia en el país.