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Ernesto García Hernández
Opinión

Un fantasma recorre el mundo el fantasma antiderechos…

Los derechos humanos y la progresividad de derechos durante los últimos 30 años en México ha sido la piedra angular de la conquista de varias luchas que los ahora denominados activistas han combatido con su tiempo, sus medios e incluso con su sangre y es que llamarse a uno mismo activista en estos tiempos lejos de ser algo que se pueda gritar a los 4 vientos se ha convertido en una profesión de riesgo, en un sacrificio e incluso en un blanco de la delincuencia, los gobiernos y las corporaciones policiales, pasando de la progresividad de derechos a un sistema que busca desaparecerlos de manera tajante en México y el mundo, con la llegada de gobiernos totalitarios que hace 110 años nos llevaron a extremos de pensamiento que quizás nos pudieron llevar al fin del mundo como lo conocemos.
 
Este año que concluyó se cumplieron 100 años de el inicio de la primera guerra mundial un hito que pasó desapercibido para muchos, en donde las corrientes del pensamiento se enfrentaron, la triple alianza y la triple entente dos posiciones económicas, políticas y culturales que detonaron uno de los conflictos bélicos más importantes del siglo pasado y que vale la pena recordar a manera de explicación del fantasma anti derechos que ronda el mundo como lo conocemos y que cualquier movimiento en falso puede detonar el fin de la humanidad como la conocemos alterando más de 300 millones de años de existencia de la raza humana.
 
Por que tanto fatalismo y preocupación es muy sencillo hoy dos bloques del pensamiento se disputan una lucha económica pero que tiene repercusiones en los derechos humanos no nos vayamos tan lejos del otro lado de la frontera en los Estados Unidos, en una loca carrera política por las regresiones a los pensamientos de mitad del siglo pasado nos encontramos con varios decretos que violan los derechos humanos de manera tajante, el derecho a la ciudadanía es decir el derecho a una nacionalidad para las personas que por distintas circunstancias nacen en un país distinto al suyo, un tema que Donald Trump pretende borrar de un plumazo y que no acabara con la migración sino más bien dejará la puerta abierta a un menor control de indocumentados e incluso a un crecimiento exponencial de la ilegalidad y explotación laboral.
 
Resulta irónico que el hijo de migrantes sea el principal impulsor de una política anti inmigrante y es aquí en donde el fantasma de la regresión afecta a la progresividad, estamos hablando de derechos adquiridos por los ciudadanos derivados de conquistas sociales, de personas que dieron su vida por construir una mejor sociedad no de caprichos impuestos por políticos, que atraen votos pero son contraproducentes para las minorías históricamente olvidadas atacadas y sobretodo lastimadas por decisiones políticas populistas que generan odios y resentimientos.
 
Es cierto el mundo enfrenta un colapso por una guerra económica entre dos visiones del mundo, algo que irremediablemente va concluir de una manera explosiva, puede ser una guerra o puede ser un bloqueo económico es decir las decisiones que se toman desde una visión cerrada del mundo nos conmina a un enfrentamiento y en medio de todo esto el odio, el racismo, las violaciones a derechos humanos y sobretodo la estigmatización, es culpa de los migrantes buscar una mejor opción de vida claro que no, pero tampoco podemos exculpar a un imperio de sus ideas expansionistas que han provocado este éxodo mundial con tal de llegar a el país de las promesas y sueños pero que para muchos termina siendo el país de las pesadillas.
 
Lejos de entender el mundo en dos visiones debemos comprender la pluralidad de las naciones, culturas, etnias y sobre todo la cooperación, una lección que duró tan solo una pandemia, se acuerdan de la solidaridad que se registró durante esta crisis, ¿Qué pasó con ella? Se terminó la crisis y retomaron las posturas expansionistas, es preocupante como el mundo funciona con una importante cooperación, pero también las ideas políticas acaban con este intercambio según el mandatario en turno.
 
En México experimentamos complicaciones en derechos humanos graves, delincuencia incontrolable, desapariciones, ataques, estigmas, discriminación y sobre todo una indolencia a los problemas de los grupos vulnerables, es cierto los derechos humanos tienen apenas 33 años en nuestro país, pero las luchas de hace 33 años no han cambiado al día de hoy, justicia social, democracia, pluralidad, transparencia, derechos a una vida plena y sana objetivos que tenemos que replantear desde lo local desde la cooperación y sobre todo entendiendo nuestras diferencias hay que echar la vista atrás y recordar cómo las cosas han cambiado en estos años y no perder el objetivo de una garantía plena de derechos siempre en pro de mejorar este mundo que es el que nos tocó, evitando otro conflicto como el de hace 110 años.