En los primeros días de su segundo mandato, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una serie de órdenes ejecutivas que han generado fuertes críticas por su impacto en los derechos de las comunidades LGTBIQ+. Entre las más polémicas, se encuentra la eliminación del reconocimiento oficial de las identidades no binarias e intersexuales en documentos como pasaportes y otros registros gubernamentales.
Una de las directivas más significativas establece que el Gobierno federal solo reconocerá dos géneros, masculino y femenino, definidos al nacer. "Es política de Estados Unidos reconocer dos sexos, masculino y femenino, los cuales no son cambiantes y están basados en una realidad fundamental e incontrovertible", señala la orden firmada por Trump.
La decisión afecta directamente a aproximadamente 1.6 millones de personas transgénero mayores de 13 años, según datos del Instituto Williams de la Universidad de California. Además, retrocede en el reconocimiento de los marcadores de género "X", que habían sido implementados en los pasaportes desde 2022, dejando a las personas no binarias sin posibilidad de obtener documentos que reflejen su identidad.
Organizaciones como Human Rights Campaign han condenado las medidas, asegurando que representan un retroceso significativo en los derechos civiles de estas comunidades. "Nos negamos a retroceder o dejarnos intimidar", afirmó Kelley Robinson, presidenta del grupo.
La congresista Sarah McBride, la primera representante abiertamente transgénero en el Congreso, criticó la postura del mandatario: "Ninguna acción ejecutiva puede borrar la realidad de la diversidad de género en nuestra sociedad".
Además, las órdenes ejecutivas también eliminan programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) en agencias federales, impactando la protección laboral de personas LGTBIQ+. Según expertos, estas políticas no solo restringen derechos, sino que afectan profundamente la vida cotidiana de miles de estadounidenses, desde la designación de baños y nombres en el trabajo hasta la asignación de espacios en prisiones.
Con estas medidas, la administración Trump revierte los avances logrados bajo el mandato de Joe Biden y plantea nuevos desafíos para los defensores de los derechos LGTBIQ+ en Estados Unidos.