En un paso significativo, la Santa Sede ha publicado su doctrina oficial sobre la inteligencia artificial (IA), un documento que destaca tanto las oportunidades como los "desafíos éticos" que presenta esta tecnología para la humanidad. El texto, aprobado por el Papa Francisco, está dirigido especialmente a padres de familia, profesores, pastores y obispos, y hace un llamado a la reflexión sobre los efectos de la IA en la sociedad.

La doctrina subraya que, como cualquier invención humana, la IA puede ser utilizada para fines positivos o negativos, y su aplicación debe estar siempre sujeta a una "valoración moral". "La sombra del mal también se extiende aquí", advierte el Vaticano, resaltando los peligros de una IA mal empleada.

Uno de los riesgos principales señalados por el documento es el uso de la IA para reemplazar a los trabajadores humanos, lo cual podría resultar en "un beneficio desproporcionado para unos pocos a costa del empobrecimiento de muchos". En este sentido, la Iglesia destaca la necesidad de que la IA sirva como acompañamiento y apoyo, no como sustituto de la labor humana.

El documento también pone énfasis en el "grave riesgo" de que la IA pueda ser utilizada para generar contenidos manipulados, difíciles de distinguir de la información real, lo que podría tener consecuencias graves si se difunden aberraciones o informaciones falsas. En este contexto, el Vaticano insta a un uso responsable y ético de la IA para evitar efectos perjudiciales en la sociedad.