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Gustavo Candia
Opinión

Justicia al puro estilo del Coliseo Romano...

Por ahí del año 80 d.C. el emperador romano Tito inauguro los primeros juegos en el anfiteatro Flavio, una infraestructura destinada para impresionar a la población romana, y dejar consolidado el prestigio de su dinastía, hoy mejor conocida como el “Coliseo Romano”, un símbolo sanguinario, de poder, de control, de injusticia,pero, sobre todo, de diversión pública. Lo creativo de esta invención, fue el simular la igualdad de condiciones entre los contrincantes, pues si bien no era real,    la lucha entre los contrincantes inclinaba la balanza de las preferencias entre los espectadores, influyendo en caso de empate o ejecución sobre la vida del gladiador, dándole al pueblo la idea de que lo único que prevalecía, en primera instancia, era su voluntad, sin embargo, quien levantaba o bajaba el dedo ejecutor era mismísimo emperador, congraciándose en la mayoría de las veces con las masas.

Han pasado más de 1900 años y al parecer, esa infraestructura hoy se ha innovado y transformado en donde el arena de ese anfiteatro se llama redes sociales, y en donde los famosos botones de “me gusta” o “no me gusta”, nos pone a todos a merced de lo que se diga de nosotros, por grupos de minorías o los famosos políticamente correctos, que han sido tan rentables para el Estado,que ahora, cada vez que hay algún tema sobre la mesa que incomode al Estado o a estas minorías nos sacrifican ante la espada de la mal entendida “JUSTICIA SOCIAL”, dejando de lado al ESTADO DE DERECHO.

Teniendo esto de contexto, hace tiempo, escuchamos el caso del “FOFO MARQUEZ”, un joven de 26 años acusado de tentativa de feminicidio, pues golpeo a una mujer por un tema vehicular, situación que por nada se justifica y se clama una verdadera justicia, pero que esta no es la de llevar el asunto a la arena de las redes sociales y medios de comunicación, pidiendo la cabeza de este sujeto de manera arbitraria y sin un juicio justo.

En el área técnica, ningún licenciado en derecho veía que este asunto fuera a llevarse de la manera que se llevó, pues si bien, el joven habría actuado de manera dolosa contra su víctima, no dejaba de ser un delito de lesiones, pues encuadraba perfectamente, dados los elementos; y que nunca pasaría de una simple nota roja de los medios. Sin embargo, para sorpresa de la vida jurídica de este país, nos encontramos con un sistema que amarro de manos a la defensa del acusado y que además hizo del caso lo que quiso, privándolo de la libertad,creándole un delito que no encuadraba en el caso, dictando una sentencia elevadísima para el caso creado y por si no fuera poco, torturándolo en una prisión donde curiosamente era una mujer la encargada de ésta. Como dije en un inicio, el circo legal que tenemos hoy es muy delicado, pues abre la puerta a que los juzgadores nos acusen de cualquier delito y dictarnos arbitrariamente una sentencia que mejor les parezca, pasando por alto la Constitución, los Códigos, las Normas etc.

Lo preocupante no es el joven per se, sino como el Estado, los medios de comunicación y las redes sociales en conjunto con estas minorías, han creado su nuevo Coliseo mediático y con ello han estado jugando con la Ley a su antojo. La pregunta que se hace presente ante todo esto es ¿Qué vamos a hacer como sociedad?, porque hoy es muy sencillo ver lo que le acaba de pasar a este sujeto, sin embargo, los antecedentes que acaban de dejar en este asunto son muy delicados. Si de por si el sistema legal en México ya es un chiste de mal gusto, con esto, deja de ser de mal gusto y se convierte en peligroso.