El hábito de lanzar monedas a las fuentes emblemáticas de Roma, popularizado por la Fontana de Trevi, está afectando la conservación de otros monumentos icónicos como la Plaza Navona, el Panteón y la recientemente renovada Plaza Pía. La práctica, que tiene raíces en antiguas creencias sobre divinidades del agua, ha provocado la acumulación de metales en el fondo de las fuentes, dejando marcas de oxidación y afectando su estética.
Uno de los casos más preocupantes es Plaza Pía, una obra clave del Jubileo que conecta la ciudad con la Plaza de San Pedro del Vaticano. Sus fuentes gemelas, diseñadas como espejos de agua, han visto frustrado su propósito debido a la acumulación de monedas, que impide un reflejo claro. Además, la poca profundidad de las fuentes ha incentivado a algunas personas a ingresar al agua para recoger el dinero.
Ante este problema, el Ayuntamiento de Roma trabaja en un acuerdo con el Vaticano para que las monedas recolectadas en Plaza Pía sean destinadas a entidades benéficas. En 2023, la Fontana de Trevi recaudó cerca de 1.6 millones de euros con esta tradición. Aunque las autoridades han prohibido comportamientos inadecuados en los monumentos, confían en la conciencia cívica de turistas y ciudadanos para preservar el patrimonio de la capital italiana.