Una decena de líderes de la Unión Europea (UE) y la OTAN se encuentran este lunes en París para abordar los recientes cambios en la política de Estados Unidos respecto a la guerra en Ucrania y trazar una estrategia común para garantizar la seguridad del continente europeo. Esta reunión, convocada por el presidente francés, Emmanuel Macron, se da en un contexto delicado de incertidumbre, donde las relaciones transatlánticas se ven tensadas debido a las decisiones del gobierno estadounidense.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, calificó la situación como un "punto de inflexión" para la seguridad de Europa. En sus declaraciones previas a la reunión, subrayó la urgencia de aumentar los gastos en defensa para proteger el futuro de la región. "Necesitamos una mentalidad de urgencia, y necesitamos un aumento en defensa. Y lo necesitamos ahora mismo", expresó von der Leyen a través de la red social X, destacando la importancia de actuar de inmediato ante las crecientes amenazas externas.
La reunión en París llega en un momento crítico para la seguridad internacional, cuando tanto Ucrania como las potencias europeas temen quedar al margen de las futuras negociaciones para poner fin al conflicto. La desconfianza creció tras una reciente conversación entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente ruso, Vladimir Putin, en la que discutieron la posibilidad de iniciar conversaciones de paz sobre Ucrania. Este giro en la postura de Estados Unidos preocupa a los aliados europeos, que ven en este acercamiento una amenaza para sus intereses en la región.
A la par de esta creciente tensión, la conferencia de seguridad en Múnich reveló el tono hostil del vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, hacia los aliados de Europa, y las declaraciones de Trump en las que afirmó que podría reunirse “muy pronto” con Putin para discutir el futuro de Ucrania. En este escenario, una reunión prevista entre altos funcionarios de Moscú y Washington en Riad el próximo martes buscará restablecer las relaciones entre ambas potencias y explorar las negociaciones sobre el conflicto en Ucrania. Las decisiones que se tomen en París podrían ser determinantes para definir el rumbo de la seguridad y la política internacional en los próximos meses.